Un hombre afortunado
Fecha: 11/06/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... juntando sus bocas en el tronco e incluso besándose de vez en cuando sin poderlo evitar.
Finalmente, Papá fue incapaz de aguantar y comenzó a eyacular. El semen bañó los rostros de sus dos hijas de forma abundante. Las dos se peleaban, como hermanas que eran, por recoger la mayor cantidad de espeso néctar en sus bocas, aunque era una tarea imposible, les empapaba los rostros dejándolos perdidos, así que ellas no tenían otro remedio que, frenéticas, tratar de lamer cuanto pudieran, incluso si se encontraba en el rostro o en la boca de la otra.
El video acabó ahí y yo ya no podía más. Hice que Dani se tumbara en el sofá y le metí los dedos en el coño. Estaba empapada y caliente, deseando que se la clavara. Aquellos videos nos habían puesto a mil a los dos, era inevitable, estábamos los dos demasiado excitados para posponerlo más.
Supongo que hay que tener un sentido detectivesco para no ignorar lo que tienes alrededor y darte cuenta que, ante ti, se está planteando un gran misterio.
Estaba tan ocupado masturbándome y follándome a Dani que no se me ocurrió preguntarme porque ella me enseñaba todos esos videos ahora. Había muchos ¿Cuántos días habían pasado desde la primera vez que su padre se la había follado? ¿Cuántas veces se la había beneficiado el viejo? ¿Y a Paula? ¿Cuánto había pasado desde aquella primera corrida en la cara? Era extraño. Lo lógico era que Dani me hubiese explicado el asunto la primera vez que su padre le demostró que no pensaba en ella de ...
... forma muy paternal.
Y todo eso lo supe al día siguiente. Como dije al principio, soy un hombre afortunado y, parte de la suerte que tengo es, como ya dije, haberle caído bien a mi suegro.
Fuimos a verle los dos, por la mañana, cuando su esposa se encontraba trabajando. Me recibió tan efusivamente como de costumbre y yo no fui capaz de mirarle a la cara, no después de todo lo que le había visto hacer con sus hijas en aquellos videos.
Me ofreció una cerveza y, cuando la tuve en la mano me tocó el hombro con una pose de confianza.
— ¿Qué? — dijo — ¿Dani ya te ha enseñado todos los videos?
Me quedé perplejo y Dani sonrió de nuevo, con malicia. De hecho se le llegó a escapar la risa.
— ¿No le has contado nada?
Y como yo dije que no con la cabeza, mi suegro me invitó a sentarme y me iluminó del todo.
No me equivocaba, yo le caía bien, pero no sabía muy bien porque. No me había parado a pensar que mi suegro, en su casa, era como un ser omnipotente, que todo lo veía. Mi suegro tenía todo tipo de grabaciones de seguridad en su casa, no por miedo a que le robasen, sino para violar la intimidad de sus hijas ¿Y que había hecho con una de sus hijas, cuando no estaban en casa ni él ni su esposa? Me la había follado una y otra vez, sin descanso, en todas las posturas posibles. Mi suegro me contó lo mucho que había disfrutado con esas grabaciones. Una cosa era ver a sus preciosas hijas cambiándose de braguitas o desnudas entrando en la ducha… pero ver a Dani follando ...