Besos en la madrugada
Fecha: 18/08/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Era bien entrada la madrugada y hacía muchas horas que nos habíamos ido a dormir. No estoy segura qué fue lo que me despertó, pero levemente aún recordaba ese sueño. Aunque con cada segundo que pasaba se hacía cada vez más borroso y comenzaba a recordar solo las sensaciones. Había sido uno de esos sueños, de los que son intensos y apasionados. Pero entonces eso significaba que hacía mucho que no lo hacíamos y eso empezaba a inquietarme. En realidad no era culpa de ninguno de los dos, es solo que habíamos estado trabajando hasta tarde por varias semanas y al final del día lo único que queríamos hacer era dormir.
Por un momento se me cruzó la idea de acariciarlo para intentar despertarlo y ver si pasaba algo, pero al final no quise molestarlo. Así que giré dándole la espalda y traté de conciliar el sueño una vez más. En ese momento él también se acomodó y puso su mano en mi muslo, casi a la altura de mi cola. Su simple contacto me hizo dar cuenta del estado en el que me encontraba, lo que me puso levemente de mal humor. Incluso sentir tan cerca su calor comenzaba a despertar un deseo intenso.
Y cuando iba a moverme para alejarme, empezó a bajar su mano acariciando mi pierna y luego se fue acercando lentamente a mi entrepierna por la parte interna de mi muslo. Me quedé quieta por un momento esperando a que se detuviera y que solo fuese una caricia entre sueños, pero en vez de detenerse, entre susurros preguntó por mi nombre para comprobar si estaba despierta. Entendí que ...
... él estaba igual que yo. No lo dude y me pegué a su cuerpo.
No me había dado cuenta lo mucho que necesitaba sentirlo tan cerca de mí. Metió su mano debajo de mi pijama a la altura de mi cintura y comenzó a acariciar mi espalda para sacarme esa parte de la ropa. Mientras yo acariciaba sus muslos y su cola sintiendo su erección en la mía. Tomó uno de mis pechos con su mano, lo apretó levemente a la vez que me besaba los hombros y la espalda. Hice un leve jadeo. Se acercó a mi oreja y susurrando me dijo:
⏤ Hacía varios días que quería tocarte, ya estaba extrañando tu piel y sentir como te humedeces cuando te toco.
Mordió mi oreja y metió su mano por debajo de mi pantalón, en mi entrepierna. Todo mi cuerpo se estremeció. Giré, rodeé su cuello con mis brazos, pasé una de mis piernas por arriba de su cintura y le dí un beso.
⏤ Yo también necesitaba sentirte así. Me encanta tocarte y que me toques.
Volvimos a besarnos. Entre jadeos y besos terminamos de sacarnos la poca ropa que teníamos aún puesta. Estando ambos todavía de lado, volví a pasar mi pierna encima suyo y me pegué a su cuerpo, quería sentir su piel y su calor contra mí. Seguimos besándonos y acariciándonos. Con cada beso y caricia sentía su deseo y eso hacía que me excitara más. Estábamos tan juntos que podía sentir su pene erecto en mi entrepierna. Lo tomé y empecé a acariciarlo. Al ser todavía de noche no podía ver su expresión, pero escucharlo gemir y disfrutar no solo me excitaba, sino que también me ...