Madre e hija (Parte IV): Analizando a Daniella
Fecha: 20/08/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Alonso1102, Fuente: CuentoRelatos
... huevos, la derecha me pajeaba el tranco del pene y su boquita succionaba el glande. La jale de su pierna para que pase por encima de mí haciendo que su sexo quedara a la altura de mi boca para hacer una 69. Solo fue necesario que aprisione su clítoris con mis labios para que comience a correrse y suelte un fuerte grito. Casi sin descansar volvió a su faena de succión. Aproveché para que mis dedos jugaran con sus orificios. Daniella al sentir que uno de mis dedos comenzaba a masajear su orificio anal dio un fuerte suspiro y comenzó a mover ligeramente sus caderas y apretaba su esfínter para evitar la incursión de mi dedo. Aguanté unos minutos más y le solté todo mi semen en su boca sin avisarle. Daniella siguió chupando hasta que dejé de soltar mi semen. Se giró, se sentó sobre mi, mirándome, e hizo el inconfundible gesto de tragarse algo... mi semen. Luego de eso se dejó caer sobre mi pecho y nos quedamos dormitando por un rato.
Cerca de las 10, la desperté para tomar desayuno, nos bañamos, y salimos al supermercado a comprar algunas cosas para comer, incluyendo una pizza y licor. Tomamos un jugo en el camino, luego un par de pendientes y regresamos al departamento. Daniella, al igual que su madre, atraía las miradas del público masculino y era consciente de lo que pasaba a su alrededor, incluso había aprendido a sacar ventaja de ello y me di cuenta porque consiguió un buen descuento en el licor con solo sonreír con el encargado.
En el taxi de retorno la veía pensativa ...
... pero no le consulté nada. Al llegar al edificio, Daniella me dice para que el almuerzo sea en su departamento, que ella se encargaría de todo y que yo espere hasta que ella me llame. Así quedamos, dejé las cosas en su departamento y yo me fui al mío.
Una hora después, Daniella me llama al celular y me dice que vaya a su departamento y que entrara nomás que la puerta estaba junta. Así lo hice, toque igual a su puerta y pasé.
-Hola. Estoy en la cocina. Siéntate que ahí voy.
-Ok
Esperé unos minutos mientras oía como Daniella movía algunas cosas en la cocina. mi curiosidad fue en aumento así que decidí ir a ver si necesitaba ayuda. Al entrar me quedé de piedra.
-¿Elizabeth? -alcancé a preguntar.
-Ayúdeme -la escuché decir mientras veía como estaba agachada poniendo su cola en pompa hacia la entrada de la cocina.
Era el mismo vestido celeste floreado que tenía puesto la otra vez, las mismas sandalias, enfundado en ese cuerpo de infarto pero no era Elizabeth, era Daniella que estaba usando el vestido de su mamá y de espaldas es la viva imagen de su madre. Se levantó, giro y me quedó mirando.
-Y... ¿te gusto? -me preguntó
-Ehhh... sí -le dije aún sin salir de mi sorpresa inicial.
-El otro día los escuché... como tu y mi mamá lo hicieron.
Si bien ya sospechaba que sabía, mi cara de sorpresa era real.
-Al inicio me molesté un poco, pero ahora, cada vez que recuerdo como hacías gemir a mi mamá, sólo me hace querer entregarme a ti.
-Pero, ¿acaso tu ...