Abigail
Fecha: 27/08/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... siempre y el alcohol era un buen aliciente para acernarnos más el uno al otro. Entre tantas personas era natural que no hubiese tanto espacio y Abigail me tomaba la mano cada que caminaba rumbo a la barra para pedir otra bebida, yo la seguía desde atrás, abriéndonos paso entre la multitud. Cuando llegamos a la barra ella se inclinó hacia el frente para pedir una cerveza y mientras hacía esto, con sus piernas me acercó hacia su trasero, donde no tuve más opción que presionar mi pene contra ella. Mi erección fue inmediata y lo notó, mientras esperaba su bebida volteó hacia mí y esbozó una sonrisa muy coqueta y llena de deseo. Se encontraba en un estado de ebriedad no muy avanzado pero sí evidente y eso me exitaba aún más ya que al volverse hacia mí sentí el alcohol en su aliento mientras acercaba más su boca a la mía y me decía "Lo siento, olvidé pedir una cerveza para ti", yo tan sólo sonreí y le dije que no había problema.
-Tendré que compensártelo, ¿no lo crees?
-Quizás, ¿Qué tienes en mente? -Respondí en brevedad-
-En mi casa hay más alcohol, ¿qué te parece si vamos allá? No me fascina la idea de estar entre tantas personas -Respondió mientras se acercaba más y más-
Sin dudarlo acepté y tomamos un Taxi hacia su departamento. Vivía sola al parecer, en una zona bastante bien acomodada de la ciudad, un barrio tranquilo céntrico. Durante el trayecto ella no dejaba de tocarme y yo hacía lo mismo con ella, su piel era suave y la parte interior de su piernas aún ...
... más. Podía sentir el calor de su cuerpo mientras me acercaba más a la parte que está debajo de su vestido. Nos bajamos del auto y entramos a su departamento, fue encendiendo las luces una por una mientras ella no me soltaba de la mano, comenzamos a besarnos, ella puso su pierna en medio de las mías, frotando suavemente mis testículos hasta sentir mi verga poniéndose cada vez más dura. Me llevó a su habitación donde encendí la luz y ella se sentó sobre la cama, me pidió de favor si podía traerle su teléfono que se había quedado en su bolso en el sofá de la sala, acepté y me dirigí hacia allá, tomé su teléfono mientras sentía que el efecto del alcohol se estaba terminando. Cuando llegué a su habitación estaba ella sin su vestido y con la ropa interior colgando de uno de sus pies, invitándome a ir hacia ella. Podía ver su vagina con la tenue luz del cuarto, tenía un par de labios deliciosos y un poco de bello púbico bien recortado. Sólo le quedaba su brassiere, el cuál sostenía sus enormes pechos que ansiaba lamer y morder. Me puse sobre ella mientras que su mano seguía tocando mi pene que estaba tan duro como una piedra, luego usó sus piernas para envolverme con ellas y presionarme contra su cuerpo, sentía su calor incluso a través de la ropa y a ella parecía encantarle. Comencé a bajar el cierre de mi pantalón con la idea de penetrarla pero ella me detuvo.
-Aún no cariño -Dijo ella- primero quiero que me des una buena chupadita. Hazlo por mí, ¿Quieres?
-Por supuesto, me ...