1. Nuestro primer trio 6


    Fecha: 12/06/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... de gozar los 4 un rato así, el padrastro nos ofreció subir a su dormitorio. Subimos las escalas yo tomado de la mano con él y Fernandito abrazado como un Koala a Román. Ambos reían con complicidad y se daban jugosos besitos. Una vez en el dormitorio, el padrastro se despojó de su bata, quedando los 4 desnudos. El subio a la cama por un lado y Román por l otro; invitándonos a acompañarlos. No nos hicimos mucho de rogar, subiéndonos encima de los machos que habíamos elegido en el baño y agachándonos sobre sus penes, comenzamos a propinarles sendas mamadas, tratando de dar lo mejor de nosotros. Y estábamos "embalados" y no había nada que nos detuviese. Mientras estábamos desnudos sobre nuestros machos, el padrastro abrió el cajón de su velador y medio acomodándome a su costado pero sin dejar de mamarle, me comenzó a poner una cremita en mi cuevita, tanto por las paredes exteriores, como por todo el recto. La cremita debía tener algo de mentol, ya que de inmediato comencé a sentir una especie d ardor muy placentero. También parece que tenía algún anestésico ya que pasados unos momentos ya no sentía ningún malestar, no obstante que me tenía enterrados 3 dedos hasta lo mas profundo de mi cuerpito y los sacaba y volvía a meter. Volviéndose hacia Román le preguntó, ? crees que me la aguantará entera¿, a lo cual este último dijo que si, que sentándome en ella sería capaz de comérmela completita, describiéndole el tamaño del plug anal que me metía siempre en su casa. Su padrastro me ...
    ... beso profundamente en los labios y me acomodó sobre su cuerpo, pidiéndome que fuera yo quien guiara su monstruo hacia mi hambrienta cuevita. Con las rodillas a cada lado de sus caderas, tomé su verga con una mano y abriéndome el las nalguitas me la presenté ala entrada de mi esfínter. Presioné hacia abajo para conseguir una penetración sabrosa pero, nada de nada. No obstante el lubricante no me entraba asi que me cargué mas decididamente sobre su violácea cabezota y allí si mi esfínter cedió tragándome estimo el glande completo y algo mas, puesto que el dolor, no obstante el anestésico, fue lacerante, sacándome un prolongado quejido. Mi amante me consoló con tiernas palabras, mientras me decía que me esperase en esa pose, sin meterme mas de su verga mientras mi recto se adaptaba a su pichulota. Pasados unos minutos, el dolor cedió y comencé a sentarme de a poco en la estaca de carne que me abria los interiores. Yo sabía instintivamente que para bien gozar en la cama, se tenía que sentir algo de dolorcillo. Ese era el precio que teníamos que pagar por ser putitos y yo estaba decidido a pagarlo. En todo caso no debía ser peor que esa vez que me violaron en casa de un vecino, cuando su papa me sorprendió ensartado a su hijo. Pasado un momento logre comerme completamente la verga del padrastro, con lo que me sentí en la gloria. Me enderecé lo que mas pude y abriendo bien mis piernitas, me apoyé con ambas manos a sus rodillas y me dispuse a gozar la culeada. Mientras mas gozara yo, ...
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