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Ejercicio placentero
Fecha: 06/09/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Habíamos coincidido en el gimnasio más de una vez, sobre todo los sábados. La primera vez que me llamó la atención yo estaba haciendo bicicleta y él pasó por delante mía, haciendo que mi vista se fuera detrás de su culo. Cuando se dio la vuelta y ya que no había mucha más gente por allí me miró y noté como se me subían los colores. Fue una mirada penetrante y que se sostuvo más de lo que me hubiese gustado para haber podido pasar desapercibida. A partir de entonces noté que empezábamos a coincidir más a menudo hasta que un día él se sentó en la bicicleta de al lado. Yo con la música puesta seguía pedaleando y mirando al frente, intentando parecer relajada, pero mi ritmo cardíaco en la pantalla decía otra cosa. Noté su mano en mi hombro y me quité un auricular. - Perdona pero quería saber que música escuchas ¿Por qué me preguntaba eso? Me había cogido totalmente fuera de juego y no sabía que hacer. Le contesté e intente seguir a mi ritmo pero me tenía desconcentrada, así que paré y prácticamente salí corriendo al vestuario. Me di una ducha y me fui a casa más tranquila. Pero la misma situación se volvió a repetir unos días después y ésta vez no me dejó huir. Nos presentamos y estuvimos un rato hablando del gimnasio. Pasados otro par de días ya teníamos nuestros números de teléfonos y ya me había sacado la información suficiente para saber que no tenía pareja. Desde entonces nos escribíamos a través de una aplicación del móvil a menudo. Como cada sábado por la ...
... mañana, nos vimos por allí y nos saludamos. Era al medio día cuando se fue a hacia los vestuarios. Yo estaba haciendo bicicleta cuando pasó por delante y mis ojos volvieron a irse a su trasero. Seguí allí un rato escuchando música hasta que vibró el móvil y vi que tenía unos mensajes. Miro y sale su nombre. Pone: “para que lo veas mejor” y debajo una foto de su culo, sin nada de ropa de por medio. Por el fondo imagino que está en la ducha. - ¿Y que te hace pensar que quería verlo? - Que siempre se te van los ojos - Habrá sido coincidencia alguna vez - No creo en las coincidencias. Seguro que te mueres de ganas de tocarlo - Más quisieras Volvió a enviarme otra foto. Esta vez salía también su espalda y estaba un poco girado. - Tus pulsaciones te delatan Entonces me di la vuelta y estaba justo detrás mía, vestido y con una sonrisa de oreja a oreja. Dejé de pedalear y me levanté. Esta vez me había pillado y daba igual lo que dijese, había visto mi reacción ante las fotos. Menos mal que la humedad de mi entrepierna no era notable. Tenía que huir de allí como fuera. - ¿Crees que por dos fotos voy a tirarme a tus brazos? - Por dos fotos no, por esto sí. - Y me cogió la mano y la colocó en su trasero. – Ves, te morías de ganas. Solo hay que ver como me lo agarras, porque yo ya te he soltado la mano. Ni siquiera había sido consciente de que ya no me sujetaba. Bajé la guardia un momento y él aprovecho para pegarse más a mí. La bicicleta me impedía echarme ...