La mamá de Joaquín
Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... elegir. Me preguntaba si realmente era posible que Rubén no se percatara de nada. Me hacía la cabeza pensando en eso y en mil cosas más.
Pero en ese momento, teniendo el sexo de Pitu en mis narices, no pude pensar en otra cosa que en llevármelo a la boca. Acaricié sus testículos, sintiendo el frondoso vello áspero en mis dedos. Me incliné. Él hizo un movimiento pélvico hacia adelante. La verga, con olor intenso y potencia juvenil entró en mi boca.
Pitu se las arreglaba para acariciarme las tetas mientras se la mamaba. Yo sentía sus erguidas nalgas en mis manos. Era la primera vez que acariciaba el culo de un hombre, y se sentía muy bien.
Entonces escuché el portón abrirse.
Pitu se levantó el bóxer y el pantalón. Yo me limpié la boca con la mano, más por un gesto instintivo que por otra cosa, ya que faltaba mucho para que Pitu acabe.
—¿Quién es? —Preguntó Pitu. Se lo notaba nervioso.
—Será Joaco que salió antes del colegio.
Fui hasta la entrada a interceptar a mi hijo. Necesitaba con urgencia una excusa. Lo de que Pitu venía a ayudarme a hacer una tarea pesada, servía para algún vecino chismoso, pero Joaquín no se lo tragaría.
Estaba agitada, y el calor se había subido a mi cara. Tenía que tranquilizarme y disimular, pero no contaba con tiempo suficiente para ello.
—Hola.
Me sorprendí. El que había llegado no era mi hijo, sino Rubén.
—Mi amor ¿Pasó algo?
—Como llegué tarde me dijeron que vuelva a casa, que como no avisé que estaba en camino ...
... ya habían buscado un reemplazo.
—Ay no me digas que te van a suspender por eso.
—No creo, a lo sumo un apercibimiento. —dijo. La voz le salía rasposa.
—Sabés, vino Pitu, el compañero de Joaquín a…
—Sabés qué, voy a aprovechar para dormir unas horas. —me dijo, y sin prestarme más atención, se fue al cuarto.
No pude evitar sentir lástima por Rubén. Cada día estaba un poco más apagado. Cada vez las cosas parecían importarle menos. Su actitud apática se trasladaba a todos a los órdenes de la vida. No era solo conmigo.
Dos brazos rodearon mi cintura. Pitu me dio un beso en la mejilla.
—No Pitu, ahora no.
—Tranqui, ni siquiera entendió que yo estoy acá.
—Igual, así no quiero.
Sus manos se deslizaron hacia mis caderas. Sus labios bajaron hasta mi cuello.
—Esto está mal. —susurré.
Su respiración me hizo cosquilla. Su lengua estaba dejando un rastro de saliva en mi cuello. Sus dedos se cerraron sobre mis glúteos. Volvimos a la cocina.
Pitu se bajó el pantalón. Su verga saltó como resorte. Me pregunté qué pasaría si Rubén bajaba y nos veía. Por primera vez, ese escenario no me horrorizó. Quizá fuera lo mejor, pensé. Tal vez un golpe de realidad lo haga volver en sí.
Continué con lo que había empezado. Le hice un oral en el comedor de casa.
—Eso mi putita, eso. —susurraba Pitu mientras me la hacía tragar.
Acaricié sus pectorales, por debajo de su remera. Lo rasguñé, no muy fuerte, pero lo suficiente para dejarle una marca. Si se le ocurría ...