1. La cola comprada


    Fecha: 18/09/2022, Categorías: Anal Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos

    Marcia trabajaba en unas oficinas donde también yo trabajaba. Tenía entre 25 y 30 años, no más. Los días en que decidía ir con pantalones ajustados, eran una fiesta, una recreación a la vista. Uno de los mejores culos que se recuerden (para mí el mejor). Obviamente no faltaban los galanes que se tiraban lances ante semejante hembra. Porque cabe decir que no solo el culo, sino además el conjunto. En lo personal tenía buen trato con ella y solíamos charlar e incluso bromear sin que me vea tentado de avanzar. Las charlas terminaban casi siempre aludiendo a esa parte de su anatomía: su tentador par de nalgas.
    
    -Algunos pagarían lo que sea por tenerlas, le dije cierta vez.
    
    -Oye…
    
    -Ya lo sé… solo seguía el tren de bromas que acostumbramos a tener. Tal vez no fue una broma afortunada, pero nunca insinuaría que vayas a venderte!
    
    -Ja! Lo sé. Igualmente y solo por curiosidad: ¿Cuánto pagarías?
    
    -Yo? No lo sé… y además creo que no me corresponde poner precio a mí… Te podría ofender una baja cotización! Je!
    
    - Ja-ja! Comprendo, es verdad… corresponde que la propietaria estipule precio, verdad?
    
    -Seguro!
    
    -Te diré algo, me dijo y se acercó a mi oído. En voz baja me murmuró una cifra y reí.
    
    -¿De verdad? Mira por donde estipulas menos de lo que yo presumía!
    
    -Aaah! Ya, ya… veo que soy una pésima comerciante! Ja ja ja!
    
    - Tanto es así que hasta yo me animaría a juntar mis ahorros o acaso tomar un préstamo con tal de…
    
    -Hazlo…
    
    -Tonta bromista…
    
    -Ya no ...
    ... bromista. El juego me terminó gustando aunque nunca se me había ocurrido. Y antes de entregarlo a alguno del que equivocadamente me sienta enamorada…
    
    -¿Hablas en serio? No te creo. Eres una bromista pero no me harás caer en tu jueguito!!! Jajaja!
    
    -No, de verdad que no bromeo…
    
    -Bueno, amiga. Deja que estudie el panorama y te contesto. Mientras tanto cuida bien la “mercadería”.
    
    -Jaaaa… puedes estar tranquilo!
    
    De verdad la broma terminó por transformarse en algo más concreto y tentador. Así que no lo pensé demasiado. Tenía formas de reunir la cantidad de dinero y eso hice. Días después se lo dije:
    
    -¿De verdad? -preguntó
    
    -Sí, claro, le dije. Ahora soy yo quien no bromea. Solo que hay alguna condición.
    
    -Dime…
    
    -Antes de concretar la operación, verificar el estado del objeto a negociar…
    
    -Oye… no te pases de listo!
    
    -De ninguna manera. Solo hablo de verificar a simple vista. Creo que me ayudaría incluso a tratarlo, a tratarte mejor…
    
    -Okey… ¿Dónde lo hacemos?
    
    -No tendría inconveniente que sea en mi departamento. Pero para tu tranquilidad dejo que tú decidas.
    
    -En el mío esta noche…
    
    -Bien. Allí estaré…
    
    Luego del trabajo fui hasta mi casa a darme una ducha, comí algo, me vestí y ya llegada la noche partí hacia su casa. Llegué y estaba en salida de baño, con el cabello aún húmedo. Era un monumento a la tentación.
    
    -Disculpa que te reciba así, pero a lo que vienes no tenía mucho sentido recurrir al guardarropas! Ja!
    
    -Bien pensado… ¿Vamos?
    
    -Qué ...
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