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La cola comprada
Fecha: 18/09/2022, Categorías: Anal Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos
... apurado! Jajajaa! -¿Para qué demorarlo? Quiero que quede tiempo para invitarte a cenar! -Acepto… y te descuento el valor de la cena… -Jajajajaaa! Tonta, no es necesario. Me tomó de la mano y me llevó hasta su alcoba. -Dime ahora qué debo hacer… -Pues… deja tu bata a un lado y si no tienes nada debajo, solo ponte a gatas sobre la cama… Seguramente a propósito, se puso de espaldas y dejó caer la prenda. Ay, señor! Lo que era ese monumento de carne! Fuera del pantalón, su culo mantenía la firmeza y la forma perfectamente. Esfuerzos hube de hacer para no abalanzarme! Muy despacio se acercó a la cama, apoyó las manos, apoyó una rodilla y fue subiendo. Se ubicó para descansar graciosamente los codos en la cama y el rostro en sus manos. Así la cola le quedó levantada y ofrecida a la vista. -Permiso para palpar… -Concedido! Rocé la piel primero con el reverso de la mano. Luego fui con las palmas directamente a acariciar. Divino! Le separé las nalgas y el orificio fruncido, pequeño y delicado se asomó a mí. Acerqué la cara para que el olfato me trajera el aroma a culito recién duchado. Ella se dejaba inspeccionar tranquilamente. Manteniendo las nalgas separadas me animé a ir con la lengua y rozar apenas las delicadas carnes. Tuvo un sobresalto y me retiré. -Disculpa si te hice mal… -No, para nada. Solo que me dio como… una descarga eléctrica! -Vaya si tienes sensibles tus partes… Déjame otro poquito. Sin esperar respuesta fui directamente ...
... a lamer el hoyo cerrado y apretado. Ella se abandonó para ofrecerse meneando la cintura. -Oye… ¿de qué va esto? -De nada… simplemente estoy catando… -Pues para ser “catación”, va de puta madre! -De verdad? -Sí, pero si me ves muy caliente te aprovecharás… -No lo arruinaría de esa manera. Descuida! -Pues… sigue catando un poco más. No me lo hice repetir. Mi lengua fue haciendo que los músculos se le aflojaran e incluso insinuaran una penetración. Marcia jadeaba hecha un volcán. Rocé apenas los labios de su concha para descubrir lo empapada que estaba. Entonces ya directamente le lamí con fuerzas el ojete en tanto mis dedos la masturbaban provocando sus gemidos. Mi verga pugnaba por salir del pantalón y le di el gusto de liberarse. Hubiese podido ir a penetrarla pero me contuve. Poco tiempo duró la faena entre su cola y su concha, hasta que vibró con un orgasmo intenso. Se dejó caer en la cama y me tiré a su lado boca arriba. -Eso estuvo genial… dijo -Me alegra oírlo! Se dio la vuelta hacia mí y entonces reparó en mi verga dura y enhiesta como un mástil… -Oye… me apena verte así de duro. Puedo hacer algo por ti? –dijo con picardía. -No sé si se te ocurre algo… -Supongo que si. Alargó la mano y me la agarró para pajearme despacito. Después bajó y se la comió literalmente. Chupaba y masturbaba. Poco trabajo tuvo hasta que sentí venir el torrente que le llenó a boca. Tragó y lamió hasta limpiarme todo. -Vaya nochecita… ¿tienes algo ...