1. El regalo: Un antes y un después (Sexta Parte)


    Fecha: 29/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... compañeras encima. Acribillándome con sus preguntas indiscretas. Que tía… ¿Cómo así? Que tía… ¿Cómo fue? Que tía… ¿A dónde te llevó? y claro, que… ¡Venga tía! ¿Para hacer qué?
    
    —Vamos Silvia, cuenta tía, cuenta corazón como te fue ayer con el «ogro». —Me preguntaban emocionadas. —Y yo por el contrario, me sentía abrumada por su desatado interés–. Pero entonces me salvó la campana…
    
    —¡Buenos días señoritas!
    
    Saludó a todas las allí presentes don Hugo, con su voz fuerte y masculina. Y raro en él, sonriente. Todas se pusieron pálidas, le devolvieron el saludo respetuosamente y raudas, cada una de ellas, se dirigieron a sus respectivos escritorios. Mi jefe entró a su oficina, se demoró allí dentro solo unos minutos para luego llamarme por el interno.
    
    —Buenos días Silvia, ¿todo bien? —Sí señor, respondí. —Por favor, después de que envíes el informe para los norteamericanos, vienes a mi oficina un momento. ¡Ahh! y pídele a… ¿Cómo es que se llama? — Dolores, don Hugo, se llama Dolores. —Sí, a ella. Qué nos traiga dos cafés. ¿O prefieres otra cosa? —Ehh no señor, perfecto, ya me ocupo de eso.
    
    Y en seguida me puse manos a la obra, escaneando el informe para enviarlo a las oficinas de Nueva York por correo electrónico y luego entregándoselo a la inquieta Amanda, para que en físico lo hiciera llegar junto a otra correspondencia. Me dirigí hasta la cocina para pedirle el favor a Dolores de prepararnos dos cafés y llevarlos a la oficina de mi jefe, cuando escuché la ...
    ... exclamación de mis compañeras, y una muy animada llamada.
    
    —¡Silvia!, mujer ven y mira lo que te llegó. —Me dijeron todas al unísono.
    
    Salí apresurada e intrigada para ver cuál era el motivo de tanto aspaviento. Un hermoso y grande ramo de flores, rosas rojas, blancas y amarillas, en un amplio jarrón de delicado vidrio tallado, sobre mi escritorio. Fastuoso e imponente, en verdad.
    
    —¿Y esto? —Me pregunté bastante intrigada.
    
    —Ayyy, pero que precioso Silvia, tu marido te ama con locura ¿Dónde se compran en Colombia? ¿Es una fecha especial para los dos? —Me preguntó Amanda, totalmente enamorada por aquel envío. Y tomó ella sin permiso una pequeña tarjeta blanca leyéndola en voz alta, tipografiado mi nombre y más abajo un… ¡Para mi precioso ángel! Y yo ruborizada.
    
    —Pero Silvia ni siquiera sonríes. ¿Estás bien mujer? —Ahhh, si claro. Es que estoy tan sorprendida como ustedes. Rodrigo a veces me sale con este tipo de sorpresas.
    
    —Ven y lo colocamos aquí. Quitemos esto y esto otro también–. Y Amanda, dispuso que el portarretrato de Rodrigo y mis niños fueran a parar a una esquina de mi escritorio y la solitaria orquídea artificial en su maceta terminó en el piso, cerca del cesto de basura. El ramo bien en alto, a la vista de todo el mundo. Y mi universo tan agitado.
    
    —Señora Silvia, ya están listos los cafés, ¿se los llevo a la oficina? —Ehhh si por favor, ya voy.
    
    Pero no fui, me senté en mi escritorio para pensar. Obviamente la situación me estaba superando. Una hoja en ...
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