Follé con él, pero no te fui infiel
Fecha: 01/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... rodeándole el cuello y acariciándole la nuca mientas que él me cogía de la cintura y pasaba de vez en cuando su mano por mi espalda provocándome unos deliciosos escalofríos, empezamos hablar de todo un poco, de su vida allí en Boston, de lo bien que le caía Tomás, hablábamos y callábamos lo que tanto el como yo sabíamos, que entre nosotros todavía existía una química muy fuerte, nos mirábamos atontados, estaba como en un sueño, tantas veces pensé en ese momento hacía ya tiempo cuando todavía éramos unos niños, tenerle entre mis brazos en nuestra boda bailando, todavía seguía enamorada de él, todavía me hacía temblar cuando sus manos recorrían mi espalda, la música había parado y nosotros seguíamos bailando hasta que nuestros labios se fueron uniendo muy despacio y nos besamos.
No fue un beso solamente, en los besos siguientes hubo más participantes porque mi boca se abrió para él, para que el beso fuera más profundo más apasionado, los dos bajo una tibia luz de luna nos besábamos y acariciábamos cuando la música empezó a sonar una vez más con fuerza, nada de melodías suaves ni románticas, no hacía falta, eso lo importábamos nosotros, nuestros besos, sus manos subiéndome el vestido a la par que yo metía mi mano en su bragueta sacando su pene y acariciándolo, me apoye en una mesa mientras sentía sus besos en mi cuello y notaba como su mano se deslizaba por debajo de mi braga.
Terminé por bajarle el pantalón y su bóxer y él por bajarme mi braga hasta los tobillos y ...
... levantando uno de mis zapatos la saque dejándola solo en una de mis piernas, Juan me tumbaba en una de las mesas vestidas solo con un mantel besándome desde el cuello hasta mi cintura por el escote, yo sentía su pene merodeando mi sexo, la verdad que en ese momento no podía pensar en nada salvo en él, en Juan el gran amor de mi vida que me partió el corazón al irse a Boston ya hacía más de 3 años, mi cabeza daba vueltas pensando en él, en Tomás, hasta el momento de sentir como me iba penetrando.
Juan se había incorporado y había cogido mi vestido lanzándomelo hacia mí y notaba sus manos en mis caderas desnudas mientras que empezaba a sentir como empujaba su pene dentro de mi vagina, metiéndose y saliendo de ella, yo apenas le podía ver, estaba con mi espalda sobre la mesa y mis piernas abiertas recibiéndole y toda la falda de mi vestido sobre mi tripa apenas dejaba que le viera, apenas empezó a penetrarme mis manos cogían con fuerza el mantel, gimiendo cuando me llenaba con aquel maravilloso pene que tenía y que ya casi había olvidado.
Este no fue un polvo como el que tuvimos Tomás y yo antes de salir de casa, este era apasionado, sin tener cuidado de nuestras ropas, de mi maquillaje o de mi peinado, Juan me la metía salvajemente, con mucha fuerza y yo empezaba a gritar y los gritos resonaban debido al eco de la sala medio vacía, cualquiera que pasara cerca los habría oído seguro, pero gracias al volumen de la música en la otra sala estábamos pasando desapercibidos. Estaba ...