1. El inicio de mis travesuras


    Fecha: 13/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Antes de comenzar a contarles mis travesuritas, me presentaré y describiré brevemente, después les platicaré por qué y cómo comenzaron mis infidelidades de casada, y algunas travesuras ya divorciada. Me llamo Patricia (Paty), vivo en la Ciudad de México, tengo 42 años, abogada, divorciada como ya dije y tengo un hijo de 21 años y una hija de 18. Como ya se imaginarán me casé muy joven, a los 20 años; dejé la universidad un año y luego retomé mis estudios, gracias al apoyo de mis padres y de mi hermana mayor y la menor. Bueno, físicamente soy morena clara, muy clara, bajita, mido 1.65, no soy delgada, pero tengo muy buenas caderas, nalgas y sobre todo, al parecer, tetas, pues es lo que más me chulean los hombres.
    
    Siempre me gustó mucho el sexo, en secundaria ya me daba mis buenos fajes en fiestas o las típicas tardes de hacer trabajos en equipos. A los 18 años perdí mi virginidad, en prepa cogí con varios, pero me hice novia de un chavo (Raúl) nos enamoramos, íbamos mucho de fiesta, cogíamos mucho y en una de esas (ya en la universidad) salí embarazada. Él estaba acabando la carrera y decidimos casarnos. Pero él quería seguir con la vida de universitario soltero, fiesta cada fin de semana, y borrachera cada fin de semana, desde el jueves y hasta el domingo. De hecho en varias ocasiones o no volvía en todo el fin de semana o hacía la fiesta en la casa. En cuanto empezó a crecer mi panza de embarazada, él perdió todo interés en mi, no me tocaba. Pensé que con el nacimiento de ...
    ... nuestro hijo dejaría la fiesta, sería papá y también esposo, creí que volvería a fijarse en mi, a tocarme, desearme, a cogerme…pero no fue así. De hecho mi segundo embarazo fue casi un milagro. Prefería irse de fiesta cada fin de semana, en lugar de estar con su familia, conmigo; prefería emborracharse en lugar de cogerme. Cinco meses después del nacimiento de mi hija, Raúl no me había cogido ni una sola vez –y obvio, tampoco desde el tercer mes de embarazo- y yo ya andaba muy necesitada de una buena cogida. Por supuesto que tenía mis juguetitos, así que me hacía cargo de mis orgasmos, pero quería que me tocaran, que me fajaran, que me agarraran las tetas, que me desvistieran, que me penetrara; necesitaba una verga qué lamer, qué mamar…que me cogiera. Como me quedaba sola en casa todo el fin de semana, los viernes saliendo del trabajo me iba a casa de mis papás o de mi hermana mayor, y ahí me quedaba hasta el domingo con mis hijos. A mi esposo comenzó a molestarle, no sé por qué, él ni estaba en casa…entonces Raúl aprovechó que un sobrino suyo quería venir a estudiar al norte de la Ciudad, para ofrecerle alojamiento. Siempre me dio la impresión que lo hizo para que yo me quedara en casa y en algún sentido tenerme vigilada; ja, quién lo iba a pensar!
    
    El sobrino se llamaba Fernando, es hijo del hermano mayor de Raúl de un matrimonio anterior de su papá; estuvo año y medio con nosotros, de hecho se fue poco antes de que me separar. En aquel entonces tenía 18 años, recién iba ...
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