Dominando a la sumisa Mariel (Parte 2)
Fecha: 09/10/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
Pasó el fin de semana sin que contactara a Mariel. El lunes, por la tarde le mandé un mensaje. “Te espero a las 18 h.”. Elegí ese horario porque ya Carla se había retirado, no era tiempo todavía.
Puntualmente, llamó a la puerta. Cuando entró trató de disimular una sonrisa, mirando firmemente hacia abajo mientras saludaba.
-Buenas tardes Señor -dijo tímidamente
-Pasa puta, sígueme -dije recalcando la segunda palabra.
Sin más me dirigí a mi dormitorio, me quité la ropa y me recosté en la cama apoyando mi espalda en el espaldar. Ella quedó parada a los pies de la cama, mirando hacia el suelo.
-Quítate la ropa
Lentamente fue desvistiéndose. Aproveche para observar su cuerpo detenidamente, analíticamente. Sus pechos eran de un tamaño mediano grande, su cintura estrecha. Su pubis estaba totalmente depilado.
-Gira
Seguí con mi observación y pude comprobar una espalda hermosa que finalizaba en unos glúteos proporcionales a su cuerpo y firmes.
-Gira, le dije nuevamente.
-Cuéntame, como te has portado. Has hecho algo que merezca castigo?
-No señor, solamente recordar la última vez, y me he mojado, pero no me masturbé y llegué al orgasmo.
-Algo más? Pregunté con tono inquisidor
De pronto se puso colorada, clavó la mirada aún más fuerte en el piso y me dijo
-Lo extrañé, lo desee.
Me quedé callado un par de minutos, ella seguía con la mirada fija en el suelo.
-Ves ese cajón que está allí? Ahí están casi todos lo “juguetes”. Quiero que ...
... vayas, elijas cuatro y los pongas sobre la cama.
Sin mediar palabra se acercó, se agacho dejando expuesto su trasero y su vagina y comenzó a buscar. Cuando pareció terminar se incorporó, y colocó sobre la cama: el látigo, el plug anal, y un consolador. Al ver que eran solo tres le recriminé:
-Te dije cuatro
-No encuentro o no está la máquina.
-Búscala detrás de esa puerta.
Fue a lo que es mi estudio privado, la trajo y la enchufó.
-Ahora quiero que hagas… Lo que desees. Quiero ver que tan morbosa eres.
Insegura, comenzó tocando sus pechos con las dos manos, bajó una de sus manos al clítoris y comenzó a frotarlo. Me miraba como buscando aprobación en mi mirada, y para ver si mi pija se emocionaba. Como no vio comenzó a pellizcarse los pezones sin quitar la mano del pubis. Los pellizcaba cada vez más.
-Escucha, no hagas lo que piensas que yo quiero ver, haz lo que tu morbo y placer quiera hacer.
-Entiendo, dijo
Tomó entonces el látigo y comenzó a azotarse con fuerza en las piernas, pechos, la espalda, su culo.
Lentamente empezó a gemir, más de placer que de dolor. Su cuerpo iba tomando nota del castigo y comenzaron a enrojecerse sus pechos y cada zona que golpeaba.
Mientras se azotaba, introdujo dos dedos en su vagina y los empezó a mover, sacando y metiendo, cada vez con más rapidez. Su cuerpo ya temblaba las piernas casi no podían sostener su cuerpo. Cuando pareció que iba a llegar al orgasmo, retiró los dedos tomo el plug anal y sin siquiera ...