1. Forzada


    Fecha: 12/10/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Al llegar a casa, después de 24 horas de guardia, Juanjo, mi marido, se había encargado de todo. Los niños ya estaban en la cama después ducharse y cenar. Daniela hacía un sobre esfuerzo para no dormirse y comentarme algo del colegio. Isra, más pequeño, no había podido aguantar y dormía plácidamente. Juanjo, me esperaba en el salón viendo la tele a la espera de que saliera de la ducha para cenar juntos.
    
    Durante todo el día me había sentido excitada. Y es que aquel nuevo médico residente estaba buenísimo. Era de ascendencia árabe y parecía modelo. Recogía su melena negra en una cola. Su barba perfectamente arreglada le daba un aspecto mayor al de su edad. Sus ojos profundos parecían atravesarte cuando te miraban y su voz grave y pausada hacía que decidieras entregarte sin condiciones a sus maravillosos encantos.
    
    Ahora, bajo la ducha, trataba de aliviarme acariciando mi clítoris pero no lo lograba. Mi mente volaba en busca de una fantasía con aquel doctor. Alguna en la que Kaleb me arrinconase en uno de los almacenes de material y tapándome la boca para que no se oyesen mis gritos me follase contra la pared. Pero no lograba encontrar el punto y después de 10 minutos desistí.
    
    Por fin aparecí por el salón, donde me esperaban Juanjo. Con mi media melena suelta y húmeda, vestida con una amplia camiseta de mi marido que tapaba escasamente el culo y dejaba ver esas braguitas negras semitransparentes que, en un código no escrito entre nosotros, eran una proposición nunca ...
    ... decente. Sin sujetador, mis pezones se marcaban erectos a través de la camiseta NIKE azul marino. Juanjo me miró y me besó.
    
    Cenamos charlando sobre distintas cosas, con la serie de turno como fondo. Él, mi marido, me miraba fijamente enfundado en su camiseta de Los Lakers dejando ver sus musculazos hombros, tatuado el derecho con un tribal. Su corte de pelo al cero y aquellos ojos negros hacían estragos en mi entrepierna. Sin saber cómo ni en qué momento, mi mente voló y tuve una fantasía sexual en la que, Juanjo, mi marido y, Kaleb, el guapo médico residente, abusaban de mi con una doble penetración.
    
    Media hora después nos fuimos a la cama. Con la luz apagada y de espaldas a mi marido note como se acercaba para acariciarme. Sus manos recorrían mi cuerpo por debajo de la camiseta buscando mis tetas. Con el simple contacto noté como mi coño ardía inundado de flujos. Traté de resistirme buscando provocarle. Y es que el calentón de todo el día me había puesto muy perra y quería algo duro.
    
    Juanjo buscó mi cuello con la boca mientras con su mano derecha ya hurgaba entre mis labios vaginales. Al comprobar lo mojada que estaba sonrió maliciosamente. Totalmente desnudo, se arrimó un poco más y buscó mi ano con sus dedos:
    
    -No…, por el culo no… -acerté a decir de la manera más inocente y poco convincente que pude.
    
    Él no hizo caso y con poco cuidado me introdujo uno de sus dedos en mi estrecho agujero trasero. De inmediato sentí un calor poco agradable y es que la poca ...
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