1. Día de mudanza


    Fecha: 13/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Conciliabulo, Fuente: CuentoRelatos

    ... resto totalmente desnuda atada al asiento del coche del mejor amigo de su marido. Sergio estaba justo enfrente de ella comenzó a besarla, mordía sutilmente sus labios, se deslizaba por su rostro besaba su cuello, sus manos hábiles ya habían separado sus piernas y varios de sus dedos estaban en su interior, poco a poco siguió bajando, se tumbó en el suelo de la furgoneta y deslizó las manos por la parte exterior de sus muslos y fue acomodando su cabeza entre sus piernas.
    
    No perdió el tiempo y comenzó a besar su clítoris, ella movía su cadera sobre su rostro ayudándole en su tarea, el no solo se detenía en la zona alta de su sexo sino que también sus labios lengua recorrían ansioso su humedecida entrepierna introducía su lengua en ella saboreando y besando cada pliegue de su piel, su lengua no se detuvo ahí y siguió bajando y comenzó a lamer su culito, el noto que esto la gustaba ya que había levantado las caderas facilitando el acceso a su boca a ese rincón de su cuerpo, sus dedos empezaron a presionar su clítoris y dibujar círculos sobre el mientras su lengua seguía recorriendo su culito y adentrándose un poco en él.
    
    Los movimientos de su mano cada vez eran más rápidos y concisos, ella sobreviva a duras penas a aquel vendaval de sensaciones y placer, su labios se abrían y cerraban compulsivamente, era el comienzo de su fin, aquella lengua sobre su virgen culito le estaba volviendo loca los dedos sobre su clítoris seguían incansables su trabajo, ella solo cerro sus ojos ...
    ... y dejó sumergirse en aquel océano de sensaciones, sus suspiros y gemidos impregnaban la furgoneta hasta que un explosivo final acabo por derretirse sobre la boca de su generoso amante.
    
    Hacía tiempo que ella no sentía algo tan intenso, su corazón parecía un tambor de guerra marcando el ritmo de un ejército, su respiración agitaba la impedía respirar con normalidad y su entrepierna era incapaz de dejar de temblar, se notaba el aroma que desprendía su cuerpo su inglés estaban totalmente húmedas.
    
    Pero Sergio no tenía intención de dejarla descanses por mucho tiempo se desabrocho y bajo el pantalón y antes de que ella pudiera decir nada levantó sus caderas y las puso sobre su cintura de un ágil empujón se introdujo en ella, la golpeaba contra el asiento en cada embestida, le miraba fijamente a los ojos de una manera tan intensa que ella sentía que no solo la estaba follando el cuerpo sino también su esencia su interior profundo.
    
    El cada vez iba más rápido hasta que salió de repente, el notaba que no aguantaría ese ritmo sin correrse y aún no quería.
    
    Ana estaba de nuevo totalmente entregada a él, se había recuperado del primer golpe y quería más.
    
    Sergio comenzó a recorrer con su húmedo miento los labios de ella sin llegar a entra solo rozar hasta que la punta de su glande recorría su clítoris, de ahí bajaba de nuevo deslizándose sobre ella, haciéndola temblar la cabeza de su pene parecía que irremediablemente entraría en ella, pero no el ejercía la presión justa para ...