1. Sin imaginarlo siquiera


    Fecha: 14/06/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... camisa. Empezó a acariciar mi pecho, a pellizcar mi tetillas y con su boca simulaba, por sobre mi pantalón, que lamía mi pene. Desabrochó mi camisa, su lengua tintineó con humedad el lóbulo de mi oreja y luego mordió suavemente.
    
    Me quiero coger a Marbella- me confesó. Me excité de manera sorprendente al oír esas palabras. Angélica no me dejó opinar al respecto porque me quitaba el aliento mientras su lengua bajaba por mi pecho y sus manos desabrochaban mi pantalón y ¡al fin! dejaba libre mi herramienta lubricada. Sólo sentí una tibia sensación que acogía mi pedazo duro de carne. Angélica comenzó a chupar mi verga. La agarraba con su mano, levantaba y su lengua se deslizaba hacia mis testículos. Chupaba uno y otro y volvía su lengua a ascender sobre mi verga dura. Abrió su boca y se metió mi pene. Con dos dedos suyo tomó mi verga y al ritmo de su chupada empezó a moverlos. Dejó de chuparla, me miró y me dijoQuiero abrirle las nalgas a Marbella y abrirle su culito. Quiero tu lechita, lindo, la quiero en mi boca, quiero tener el sabor de tu lechita para Marbella. Su ...
    ... mano no dejaban de acariciarme de abajo hacia arriba mi verga y su boca volvió a hundirse en mi pedazo de carne. La tomé de su hermosa cabellera y sentí el vaivén de su boca, de la tibieza de su movimientos que prendían a mi verga con cada lengüetazo suyo que sentía. ¡Me vengo, me vengo, Angélica! Le grite. Sólo escuché un gemido de ella como si estuviera a punto de tener un orgasmo. Me vine en ella, en toda su boca. Pegué unos saltitos en la cama y ella no se despegó de mi verga hasta que dejó reluciente la cabeza de mi verga.
    
    Te tengo, lindo- me dijo. Hizo uno gesto de satisfacción y besó mi boca.
    
    Estuvimos un par de minutos en los colchones hasta que decidí ir al baño. Al regresar, miré que teníamos compañía. Se trataba de Jorge y Marbella. Angélica estaba en una tanguita negra -que yo no había visto completamente- y Marbella lucía unos calzoncitos de algodón blanco como de adolescente. Sus nalgas eran firmes y redondas. Angélica y Marbella abrazaban a Jorge que, como pachá, estaba acostado y sus brazos circulaban las espaldas de ellas. Las dos lo besaban. 
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