1. La tormenta


    Fecha: 14/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... necesidad de tocarme para aliviarme, comencé como siempre lo hacía tocando desde afuera hacia adentro y terminé jugando con mi clítoris, en dos minutos tuve mi primer orgasmo, más fuerte que los que tengo habitualmente cuando me masturbo pero no lo suficiente para sentirme complacida.
    
    Luego del orgasmo y como no sentía alivio decidí tratar metiéndome los dedos, pero no me sentía conforme y menos viendo la enorme pija de mi hermano dormido, tan dura como pidiendo acción, se me ocurrió que si me la pasaba por la concha iba a estar mejor, me desnudé completamente, le retiré los bóxer a mi hermano, dejándolo completamente desnudo, un adonis rubio y bien formado con una verga descomunal para su edad y me trepé a la cama.
    
    Me arrodille dejándolo entre mis piernas y me fui pasando la cabezota de su verga por mi raja empapada, pero necesitaba más, así que fui dejando que entrara de a poquito la cabeza, costaba por el tamaño y por ser yo virgen, pero era tal mi calentura que haciendo caso omiso al dolor que sentía, me dejé caer poco a poco sobre la inmensa verga de mi hermano dormido. Del dolor casi me desmayo, pero me sobrepuse y quedé allí a horcajadas sobre mi dormido macho, a los doce años con una inmensa pija metida ...
    ... hasta el fondo en mi desvirgada vagina.
    
    El dolor fue cediendo y por instinto comencé a moverme, ahí llegó el placer, un orgasmo y otro y otro, a esa altura era tal mi locura que comencé a cabalgar la verga como si me fuera la vida, la sacaba hasta la cabeza y me dejaba caer hasta los huevos que dicho sea al pasar eran enormes, y siguieron los orgasmos hasta que desfallecida y a punto de abandonar por cansancio siento como la pija de mi hermano empieza a ponerse más gruesa y él empuja su pelvis como queriendo hundirla más en ese lugar que le proporcionaba tanto placer y me llenó con su leche calentita lo que me provocó el último y más increíble orgasmo.
    
    Me levanté trabajosamente ya que me dolía todo y vi que la verga de mi hermano comenzaba achicarse para quedar descansando sobre su pubis, sucia de semen y de sangre, me fui al baño escurriendo también semen y sangre por las piernas y el piso, tuve que darme una ducha, luego regresé al cuarto de mi hermano a borrar todas la huellas, después me retiré al mío pues ya había pasado la tormenta.
    
    A la mañana, cuando llegaron nuestros padres y a la hora del desayuno no dejaban de comentar lo feliz que veían a Luis, quien normalmente por la mañana siempre está de mal humor. 
«12»