1. Emma y Juan


    Fecha: 15/06/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... falda para descubrir que la inglesita era más viciosa de lo que esperaba, pues se topó directamente con su coño perlado por el sudor, que le calentó aún más pues se figuró que no llevaba ropa interior por lo menos desde hace unas cuantas horas. De primeras, la leyenda de que su coño era inviolable estaba empezando a demontarse en mi cabeza.
    
    Su concha, como ella la llamaría más adelante, era perfecta, sonrosada y fina, sin pelo a la vista más allá de una delgada línea que nacía del pubis. Aunque estuviera sudada por la fiesta, despedía un aroma floral y le daban unas ganas increíbles de comérselo. Así como estaba, se puse a chupárselo con voracidad, al principio con largos y profundos lametones, y luego con frenéticos lametazos que hacían que el culito de la erasmus se moviera inquietamente impulsado por el placer. En uno de esos movimientos, tiró buena parte del contenido de la encimera, a lo que se aferró a mi cabeza tirándome del pelo y empujándola más aún hasta su sagrado coño. Él tenía una lengua larga que aprovechaba para alojar en su finita, estirándola todo lo posible mientras penetraba su cavidad, provocando en la inglesita unos grititos de placer que mezcabala en español y en inglés.
    
    Cuando la empezó a penetrar con los dedos, al principio con el índice suavemente y luego con tres dedos de forma salvaje, ayudándose del pulgar para frotar su clítoris, le regaló un orgasmo sensacional que se notó en cada fibra de su cuerpo, acompañado del grito de¡Papito! con el ...
    ... que se tuvieron que quedar los vecinos. Por lo pringosa que estaba su mano, de la que manaban los efluvios de su impresionante corrida, y por la facilidad de la penetración, supuso que la inglesita llevaba caliente desde hace rato. Hacía tiempo que no se veía en esta situación, con una despampanante mujer desnuda y expuesta ante él, por lo que decidió aprovecharse en su beneficio hundiendo sus dedos mojados en su boca y espetándole que quería una de sus famosas mamadas deputita.Emma, que le estaba empezando a parecer mucho más inteligente de lo que parecía, le respondió con una sonrisa jugetona, introduciéndose los dedos de su mano hasta sacarlos relucientes.
    
    Y hete aquí, que frente a todo pronóstico, tenía a la mujer de mis sueños y de innumerables pajas de rodillas ante mí, esperando paciéntemente a que liberara el ya por entonces monstruoso bulto de mis calzoncillos, a lo que ella se lanzó a atraparlo la boca y hundírselo hasta tocar la garganta. Juan sabía que se estaba ahogando pero era ella misma la que estaba ejerciendo presión sobre su miembro, haciendo acopio por llegar a la base de su rabo. Cuando lo consiguió, se la sacó de golpe y escupió en el glande, volviendo a introducírsela en la boca para succionar la punta.
    
    Cuando se dió por satisfecha, inició una serie de mamadas profundas a las que imprimía cada vez mayor velocidad. Al acabar esa imparable racha, le apretó los huevos mientras prolongaba la última mamada, haciéndole algo de daño pero disfrutando de ...
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