Emma y Juan
Fecha: 15/06/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... los 18 centímetros de su rabo palpitando en su boquita. Hazto seguido, se dedicó a lamer con la punta de la lengua cada parte de la piel de su polla, haciendo especialmente atención al glande y a los huevos y llegando a quedarse muy cerca del agujero de su culo. En poco más de 30 minutos, sin saber muy bien cómo, había conseguido que la chica de sus sueños le hiciera la mejor mamada de su vida.
Él no sabía entonces que ella llevaba tiempo queriendo comerle la polla y que solía espiarle en clase y en las fiestas, buscando descubrir el tamaño de su polla con lo que revelaban los pantalones. Se ve que estaba en la gloria, pues no aminoraba el ritmo de succión, forzándose ella misma a tragar aún más centímetros de polla. Al principio le costaba llegar hasta el final, pero con la práctica consiguió alojarla entera varias veces sin dificultad. Lo que más le gustaba era sacársela entera de la boca para volverla a tragar con fruición, repitiendo la operación hasta que se sentía ahogar.
Debido a toda esta locura desenfrenada, él no pudo evitar abrirle la boca con las manos para tirarle un sonoro escupitajo que cayó en su lengua y que la salpicó en el labio. Por un momento pensó que se había pasado, una cosa era que le hiciera una garganta profunda y otra pasar al sexo sucio. Sin embargo, vio cómo ella se quitaba la poca ropa que la quedaba, su camisa blanca manchada por el tequila y su sujetador de encaje, al tiempo que le habría la boca enseñándole que se había tragado todo ...
... el contenido de su saliva. La volvió a escupir, esta vez impactando en su liberado pecho, a lo que ella recogió los restos para embadurnarse los pezones. Eran de un tamaño considerable y rosado y parecía que llevaban empitonados mucho tiempo.
Con todo este festín de carne y encontrándose en el cielo, Juan se dio cuenta de que la inglesita estaba disfrutando de lo lindo mamándola como si solo eso le bastase para darle placer, pues alternaba profundas y violentas mamadas con un suave ritmo de pajeo mientras le miraba a los ojos y le susurraba palabras comoMmm... Your cock! oPapito, mamita quiere verga.Por aquél momento no entendía nada acerca de esta extraña mezcla de idiomas, ni falta que hacía, pero posteriormente descubriría que estas palabras las había adoptado de su compañera de piso mexicana, Alejandra, chica a la que tenía fichada por su gigantesco culo color chocolate. A pesar de que a partir de esta noche descubriría nuevos placeres en el terreno sexual por la mano de la deshinibida Emma, ella estaría a punto de conocer su carácter domninante con el que le gustaba, incontestablemente, tratar a sus parejas y a sus ocasionales ligues.
Agarrándola del pelo, le imprimió una serie de estocadas con la pollaque hacían chocar su frente contra mi tripa, que solo interrumpía para sacarla por completo y restrégarsela por toda la cara. Verla disfrutando con su polla y con su saliva le había puesto a cien, por lo que decidió relajárse golpeando la lengua y las mejillas de la ...