Rutinas
Fecha: 15/11/2022,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... jefes y subalternos que saben que pongo tiempo extra cada mes sin jamas haber pedido un céntimo por las horas extra. Como todos los últimos viernes de mes al salir de la oficina me dirigí con paso lento hasta "Las Olas". Las Olas es un bar-restaurante gallego, cerca de casa, con un estupendo marisco. A las nueve y cuarto me acerque a la barra:
Buenas noches D. Javier, ¿lo de siempre?
Buenas, noches, si lo de siempre, por favor.
Una de las ventajas de tener un sistema establecido es que no hay que perder el tiempo con pamplinas. Llevo mas de diez años cenando en Las Olas todos los últimos viernes de mes. Me conocen, les conozco, me esperan, tengo sitio reservado y no tengo que perder el tiempo probando cosas que no me van a gustar o explicar al camarero porque me gusta cenar en la barra. El camarero desplegó una amplia servilleta, la puso sobre el mostrador y sin preguntar nada mas puso cubiertos, pan, vaso de agua con hielo, copa de vino blanco (rías bajas) e inmediatamente, como por arte de magia, una ración de pulpo a la gallega. Tan pronto como acabé el pulpo apareció un ración de percebes que a su vez fue seguida por una de gambas a la plancha. Como siempre, sin tener que esperar, sin tener que decir -el pulpo calentito, las gambas poco hechas todo estaba a punto, en su punto y a su tiempo ¡excelente!. Pague, y me dirigí a casa concluyendo mi paseo. A las diez y media, en punto, abría la puerta de la casa. Me di una ducha, me puse cómodo, unos vaqueros y una ...
... camisa de franela y a las once en punto, encendí la televisión y puse en la videocasete una cinta de una película medio porno, me serví una copa de buen coñac (o brandy como los franceses quieren que lo llame) y me senté a disfrutar de la película con tranquilidad. La película no era nada del otro jueves, buen ganado, buenas carnes, mucho mete y saca y nada mas. A las doce y media oí la puerta abrirse, era Carmencita.
Hola Javier, pensaba que estaríais durmiendo.
Se acerco y me dio un beso.
Hola Carmencita; no, decidí ponerme cómodo y esperarte viendo una película verde, pero ya que estas aquí, en vez de ver cosas verdes, las podemos hacer.
La verdad es que iba vestida de una forma un tanto (o un bastante) llamativa. Jersey gránate muy, muy ajustado, manga corta y gran escote que dejaba ver casi la mitad de sus generosos pechos, un ancho y apretado cinturón dorado de gran hebilla; una minifalda de cuero negro muy ajustada que realzaba el trasero de mis delicias, medias gránate, haciendo juego con el jersey, y zapatos negros de altísimo tacón. Un gran pañuelo amarillo ataba su melena formando una cola de caballo; bolso negro y abundante maquillaje completaban el atuendo. Quizás la película verde me habia matizado el color del cristal a través del que yo miraba las cosas pero, la verdad es que Carmencita, mas que una respetable ama de casa de cuarenta y siete años, lo que parecía era una puta un poquito entrada en carnes y años. Pero no por la apariencia putil menos ...