1. VOLVER A ENCONTRARLA


    Fecha: 16/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... del colegio, le dejó su celular y le dijo: Nos vemos, llamame cuando quieras, tenemos que recordar viejos tiempos… Le dio un beso en la mejilla y partió. La mente de Edgardo rebobinó en el tiempo, situándose años atrás, Antonella era popular entre los muchachos por su pobre decencia, la recordaba no por su rostro, porque a decir verdad la pobre era más que fea, con una prominente nariz que le valía más de una cargada, pero ella tenía tres atributos explosivos, enormes tetas, un culo de antología y lo principal, una actitud de puta que arrasaba. Esa tarde de primavera los muchachos estábamos en el quisco de la esquina, con sus motos, como acostumbrábamos, compartiendo unas cervezas, hablando de pavadas hasta que ella apareció, su camino era el nuestro, con unas calzas rosa que dibujaban su silueta, tan ajustada que podía ver los elásticos de su ropa interior, metiéndose en lo profundo de su concha, partiéndola en dos, dibujando los labios de su raja, arriba un top holgado con inscripciones, lo suficiente para notar que no tenía sostén, sus pechos parecían saltar de un lado a otro. Los jóvenes la rodearon cuando ella intentó pasar, y ella respondió con risas y evasivas, Edgardo recordaba como el pelado Peralta la fue ‘chamuyando’ para hacerle ‘la despedida de solteras’ y al tiempo viajaban montados en las motos hacia el departamento que tenían para esas ocasiones. Una sonrisa se dibujó en el rostro de nuestro amigo, como olvidarse que casi choca porque sus ojos se perdían ...
    ... en el culo enorme, en esas anchas caderas, en esas calzas rosas, en esa tanga minúscula, porque ella era así, subida en la moto de su amigo se arqueaba para que su trasero luciera lo más voluminoso posible, pensar que no tenía ni veinte años… No hubo previas, fueron directo al grano, mientras se desnudaban ante la mirada lasciva de la putita, Edgardo no pudo abstraerse de los pechos de la joven, eran esferas perfectas, enormes, la mejores tetas que viera en su vida, con unas gigantes aureolas de unos siete centímetros de diámetro y unos diminutos pezones que apenas sobresalían del relieve. Los otros trajeron champagne, le hicieron abrir la boca y lo dejaron caer sobre ella a una corta distancia, de manera de llenarla hasta rebalsar, como una fuente en un parque. El ya estaba duro y deseoso, solo que se sentía intimidado por una perra semejante. Como siempre, alguno es el más rápido en el grupo, así que el aún contemplaba el cuadro cuando ella ya saboreaba tres vergas, parecía desesperada, como le gustaba chupar vergas, iba de una en una, atragantándose, los chicos la empujaban bien adentro hasta hacerla ahogar, pero ella solo reía, la saliva escapaba por sus labios y pasaba a la siguiente, y a otra, y a otra, que puta que era… Empezaron a cogerla, en todas las posiciones imaginables, boca arriba, boca abajo, en cuatro patas, y el aun permanecía al margen, sin participar, cohibido, inhibido, como si observara una película, se masturbaba suavemente a un costado, los gritos de ...