1. Luna de miel


    Fecha: 25/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dedos para que nadie se diera cuenta. Mi abuela que no tiene mucho tacto, empezaba a preguntar porque no tenían niños, cuando se iba a quedar embarazada, que no le gustaban las extranjeras para su nieto, etc.
    
    Hablaba como si creyera que ella no la entendía y todos la tratábamos de cortar, pero ella a lo suyo. Lo único que al final ya cualquier comentario no adecuado lo hacía en valenciano. Keyrah fue rescatada por unas primas nuestras y se la llevaron un rato y se la llevaron a ver a unas amigas del pueblo. Ricardo y yo al final nos quedamos dormidos en el sillón y mas tarde nos despertamos con el escándalo que traían nuestras primas y ya decidimos irnos para Valencia. Antes de llegar a casa, aprovechamos y compramos unas hamburguesas, porque a nadie le apetecía cocinar. Keyrah durante el camino de vuelta nos preguntaba cosas que le habían dicho y aunque se defendía hablando el español, habían muchas cosas que se le escapaban.
    
    A mi primo se le veía con ganas de darle un repaso a su mujer. Esta vez me quedaría en el salón viendo la tele y me iría a la cama cuando acabaran con su fiesta particular. Se fueron a su habitación y yo a la mía, me quería poner cómodo. Entre en mi baño a lacarme la boca y darme una ducha. No estuve mucho tiempo, al salir se empezaban a oír los primeros ruidos de los escandalosos. Al salón y a ver alguna serio o película. Oigo un poco después, abrir la puerta con ímpetu y a Keyrah decir, “FUCK YOU” y pasos descalzos, que pisan con fuerza. El ...
    ... ruido al abrir la puerta de la cocina, que golpeo la pared y encenderse la luz. Me levante y fui a la cocina. Mi cocina es rectangular de forma alargada y estrecha. La nevera al fondo y allí estaba Keyrah de espaldas buscando algo dentro de ella. Llevaba un pantalón gris perla corto, pero muy corto, que dejaba ver por detrás la parte baja de las nalgas y una camiseta del mismo color que dejaba ver parte de la riñonera al aire.
    
    No quise asustarla y le pregunte con suma suavidad y tacto, si le hacía falta algo. No me esperaba, porque se asustó un poco. Una risita y me dijo que buscaba si tenía algo dulce. Abrí un armario y le señale. Se acerco, hubo un pequeño roce y le dije que eligiera. Había chocolate, toblerones, galletas de chocolate y de nata, había un buen surtido. Cogió un par de cosas y se vino al salón conmigo. Era curioso estaba enfadad se le notaba y enfadad hablaba peor el castellano. Con muy mala leche le pregunte, “¿Qué pasa no puedes dormir? Eso suele ser el cambio de cama” y ella conteniéndose y midiendo lo que respondía, “no, no es eso, precisamente” la camiseta que llevaba le quedaba justa, apretada y sus pezones miraban como hacia arriba. Estaba sentada en el sillón con las piernas cruzadas y según se moviese, se podía vislumbrar algo más que las ingles.
    
    Mi rabo pocos entendimientos tenia, porque se empezaba a poner palote. Agarre un cojín y me lo puse de tal manera que tapara el hinchazón de mi rabo. Al fijarme más en su entrepierna, se podía ver una ...
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