Mi pareja en el primer grupal
Fecha: 27/11/2022,
Categorías:
Intercambios
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Somos un grupo de pertenencia que llamamos “el club del triskel” personas que tienen una actividad común y corriente, que una vez al mes nos reunimos para disfrutar de la actividad que más nos place: El sexo grupal. Solo ponemos como condición estrictas normas de salubridad, discreción y respeto por el otro. Dirigida por el Maestro, cargo rotativo entre los partícipes varones.
La necesidad humana de compartir y disfrutar que persiste desde el origen mismo de la especie. La cantidad de partícipes debe ser impar, el Maestro conduce la coreografía escénica del sexo grupal, una de las partes más complejas y entretenidas, el juego que más disfrutamos es el todos los varones haciéndolo con una sola mujer. El único objetivo perseguido con la actividad de este club privado y secreto es compartir los mejores momentos de la vida, divertirnos en libertad y sin restricciones.
Este es el caso, testimonial del primer encuentro grupal para iniciar la serie de relatos de los eventos realizados en El Club del Triskel, aunque en esta ocasión lo hicimos en nuestra casa luego de compartir el momento fundacional del club, mi pareja se ofreció ser la primera mujer en recibir las atenciones de sus machos. Vamos al relato…
Habíamos dado una fiesta para un selecto grupo de amigos, la suculenta comida y los tragos fueron raleando la concurrencia. Todos los que solemos reunirnos saben que cuando el licor hace efecto el círculo de adictos a la transgresión siempre se atreve a subir la ...
... apuesta de la vez anterior.
El sexo grupal no estaba en ningún plan, solo se dio, de pronto, como salido de la nada misma, el deseo se había instalado dentro nuestro y copado el centro de la escena.
El juego de naipes fue la forma elegida para comenzar a competir, las apuestas eran pagadas con penitencias o quitarse una prenda, mi esposa fue la primera en perder tres manos seguidas, al perder esa última mano dijo que prefería cumplir la penitencia a quedarse sin falda. La penitencia era elegida por Hugo, el maestro, le indicó que tendría que hacerle un cariñito a Javi, su cuñado, pero no una simple “tocadita” sino una masturbarlo durante dos minutos y que si éste eyaculaba era el perdedor.
Las ganas puestas por Daniela en la intensa masturbación puso en problemas al Javi, que con gran dificultad por concentrarse pudo llegar al azaroso tiempo límite sin venirse, en consecuencia él debería mamarle los pechos a mi esposa durante dos minutos.
Ella cede y él comienza a mamarle el pezón izquierdo, el más sensible, sus gestos no pueden disimular la excitación que conmueve de pies a cabeza, cada instante. Voy por el pezón derecho, apretado en una mano mientras mamo, la otra mano la ocupo frotando el sexo. El maestro le dice que sean las manos de los dos para masturbarla, Javi deslizándose por el culito, frotándolo suave.
La pausa nos permite desnudarla por completo, sus piernas tiemblan, beso su cuello, Javi entre las piernas y de pleno en la vagina. Sin poder contenerse ...