La vida de Sandra (Cap. 12) - Relatos Eróticos

La vida de Sandra (Cap. 12)

Esa misma tarde cuando al salir del campus las maestras esclavas llevaron su Ama Sandra hasta el reino y al llegar una de sus esclavas choferes le abrió la puerta para que Sandra descendiera del auto, una vez estando fuera la maestra le besó los pies y de inmediato le cargó sus útiles hasta depositarlos en el cuarto donde su Ama realizaba sus tareas escolares.

Sandra le dijo que debía estar ahí cuarenta y cinco minutos antes de la hora de entrada del campus para así poder llegar en tiempo, la maestra una vez se arrodilló para besar los pies de su ahora alumna Ama y poderse retirar sin dar la espalda no sin antes asentir de haber entendido la hora de su llegada para recoger a su dueña.

Sandra dio dos palmadas y sus esclavas escolares llegaron apenas transcurridos quince segundos y así postrarse para poder besar los pies de su dignísima señora; Sandra dio órdenes de ir a besar los pies de su Ama inmediatamente después de besar sus pies, orden que las esclavas cumplieron cabalmente.

Aun cuando Sandra tenía su propia Ama a la cual servir particularmente, al regresar a la escuela ya no le era posible atenderle como antes, pero aún así había dispuesto que dos de sus esclavas le sirvieran en el trabajo mientras que ella estudiaba en el campus, de esa manera ella no desatendería sus obligaciones sirviendo a su propia dueña.

La nueva Emperatriz Sandra se retiró al cuarto donde realizaba sus tareas escolares al cual tenía restringido el acceso a todas, incluso su propia ...

... Ama no podía interrumpir mientras ella estudiaba, únicamente podían hacerlo si era algo verdaderamente importante; de otra manera debían esperar, solo podía entrar la esclava que estuviera en turno para abanicar o sobar los pies de Sandra mientras que ella cumplía con sus tareas escolares.

Cuando Sandra culminó sus labores escolares salió de su cuarto personal y detrás de ella caminando como perrita su masajista del momento. Minutos después se acercó su Ama y le pidió hablar con ella de manera privada, Sandra no podía negarse a una petición directamente de su Ama por lo que le pidió seguirla a su cuarto personal, ordeno a sus perras llevarles una bebida y de inmediato les dejaran a solas.

Una vez sin nadie que interrumpiera Sandra dijo a su dueña “Ama dígame en que puedo servirle”, su Ama dijo siéntate por favor lo que te diré podría hacerte perder el equilibrio; Sandra respondió algo exaltada diciendo “Ama por favor explíquese porque me está alterando”, ¿acaso una de mis esclavas le ha faltado al respeto de alguna manera?, su Ama contestó de manera contraria a las creencias de Sandra diciéndole “por supuesto que no, al contrario, ellas son muy buenas perras, Sandra con cara de duda preguntó una vez más ¿de que desea hablarme entonces Ama?, el Ama de Sandra un tanto avergonzada por su actitud bajó la cabeza ante la sumisa, Sandra reaccionó pidiéndole no inclinarse ante su propia esclava, ella dijo es que lo que deseo pedirte me da algo de vergüenza, verás he trabajado ya ...