1. En el coche después de una fiesta


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... brusquedad me hizo salir del encanto en el que me había tenido toda la noche y me hizo desconectar, ya no quería seguir ni un paso más, pero parece que él no estaba de acuerdo. Después de que se quitara la camiseta, me hizo un gesto para que le ayudara a quitarse todo lo demás, mientras me metía mano y hacía comentarios soeces que no había dicho durante toda la cena:
    
    "qué buena estás" "te voy a reventar" "mira, qué mojada estás" "hoy vas a ser solo mía"
    
    Estos comentarios, que en otro contexto me hubieran puesto todavía más, en mi primera vez me parecian fuera de lugar y, aunque le dije que mejor no dijera nada, siguió con comentarios que no me hicieron ni pizca de gracia. Había empezado la tortura.
    
    Cuando le dije que parara y no paró, paré de quitarle la ropa y me aparté. Le dije que le estaba hablando en serio, aunque él siguió sin hacerme caso y aumentó la brusquedad de sus movimientos. Me agarró de las muñecas, yo ya solo tenía las bragas y él los calzoncillos, y comenzó a besarme y restregarse por todo mi cuerpo. Me vio el miedo en mi rostro y no paró, siguió con su excesiva dominación que estaba aterrándome. Viendo lo que iba a venir, cambié el chip para poder intentar disfrutar de lo que parecía evidente (esto me hizo aprender que hay algunos roles sexuales que me gustan y no lo sabía).
    
    Comencé a portarme sumisa, dejé de pelear y batallar por apartarme y acabar con eso. Me mostré deseosa de su cuerpo y cuando él me hizo un gesto muy sugerente, le quité la ...
    ... poca ropa que le quedaba y empecé a hacerle una paja. Tenía la polla a reventar, nunca había visto ninguna y esta me pareció genial: un tamaño grande, pero sin ser exagerado, un color perfecto y un glande acorde a la magnífica polla que tenía. Esto me animó para cambiar aún más la actitud y empezar a disfrutar.
    
    De la paja, pasé a chupársela mientras él me tocaba torpemente con los dedos. Estaba volviendo a estar excitada y él lo noto, ya que volvió a hacer comentarios que, en cierto sentido, me empezaron a agradar.
    
    Durante la mamada, que fue rápida y con muchas ganas para ver si acaba pronto, me dijo que quería reventarme la vagina, que había fantaseado muchísimo con desvirgarme y no iba a permitir no hacerlo esta noche. Yo, aunque intenté seguir con la mamada para que acabara antes, no pude evitar que aprovechara su superioridad física y me colocara bocaabajo para penetrarme. Antes de que lo hiciera, le avisé para que usara condón, que no quería tener ni hijos ni enfermadades, no me hizo caso y me la clavó sin previo aviso.
    
    Centímetro a centrímetro me estaba destrozando, nunca había sentido tanto dolor en mi vida. No disfrutaba cada embestida, lo hacía con un ímpetu que me dejaba con muchisimo dolor y poco placer. Por suerte, parecía que iba a durar poco y así fue: echó una barbaridad de semen, incluso me rebosaba por los labios mayores.
    
    Después de su corrida, y acabado el sufrimiento, me dijo que me vistiera, que ibamos a su casa a terminar la noche. Yo le dije ...