1. Mi sueño era Pili


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: rafacal, Fuente: CuentoRelatos

    ... abundante cabellera de su pelvis. Siempre había venerado los coños bien afeitados, pero al incorporar mi torso y observar semejante paisaje, parecido a La Amazonía, empecé de nuevo a temblar como un perico mojado… y me olvidé de comparaciones odiosas.
    
    Me arrodillé sobre la cama a su lado y después de mirarla a los ojos por un instante, la besé nerviosamente. En ese momento me di cuenta de que ella sí era como me la imaginaba, sensual y muy apasionada. Su boca se abrió, lo que liberó mi ansiosa lengua, dándole rienda suelta a muchas semanas o meses de espera.
    
    Nos besamos por varios minutos y durante ellos, sentía mi corazón galopando; creí que iba a tener un desenlace de salud no deseado. Mi mente sólo pensaba en bajar; ese era el objetivo que me martirizaba, bajar y bajar. Volví a sus lindos senos, donde me demoré un buen rato y seguí hacia su abdomen; temblaba como un perico.
    
    Acaricié y besé el interior de sus muslos, que semejaban la más fina seda asiática, con una blancura semejante al color de una perla. Dirigí una de mis manos a su coño, acariciando suavemente su vello púbico y me aventuré a desafiar el centro de gravedad de mi sueño: su abertura, inundada de lujuria, pues estaba tan mojada, como yo mientras escribo este recuento. Traje mi mano a mi boca y me chupé los dedos, saboreando esa deliciosa miel.
    
    −No hagas eso! −exclamó, cerrando las piernas.
    
    −Ábrelas Pili! −increpé con autoridad.
    
    Ella obedeció sin reparo; yo, repetí la acción y con ...
    ... deleite, me chupé de nuevo los dedos, mirándola a los ojos. Me sentía un poco confiado, pues su respuesta a mi orden fue inmediata; me incorporé de su lado y me deslicé hacía la base de la cama, la que gozaba de un mullido tapete, como una invitación no planeada a posar mis rodillas en él. Lo siento amigo, pero tengo que repetir: temblaba como un perico.
    
    La proximidad de su hermosa vagina a mi cara, me permitió deleitarme con el olor más exótico del mundo, el aroma de una vulva fresca y expectante, antes de ser comida.
    
    La tomé de las nalgas y con seguridad halé con ambas manos hacia mi, esfuerzo desperdiciado, pues noté con mucho agrado que ella acercaba su deseada pelvis a mi boca. Como un director de orquesta famoso, dirigía mi atención ahora, a su clítoris, después, a sus labios mayores y menores: mis dedos, eran como los del Primer Violín, vibrantes, sabios y acertados, dando las notas claves de tan maravillosa sinfonía.
    
    −Disfrutas? −le pregunté.
    
    −Si. −exclamó sin énfasis.
    
    −Sólo sí? −respondí−. ¡No oigo nada! −le increpé.
    
    Por la siguiente media hora, la que pasó rápidamente, la garganta de Pili produjo sonidos que se adueñaron de la Sala de Conciertos. Pensé que hubiera debido comprar boletas para toda la temporada. Después de mi atrevida petición, no tuve que hacer esfuerzo alguno, pues el vaivén rítmico de sus caderas aumentaba su velocidad sobre mi boca, lo que me decía que estaba más confiada y menos tímida. Sentí sus manos colocándose atrás de mi cabeza, ...