1. El siniestro profesor Leiva. Parte 1


    Fecha: 21/07/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... dijo él, y su barba se movió, cuando se le dibujó la sonrisa. – Si no vivís lejos. Perderé como mucho media hora entre ida y vuelta. Además, va a ser un placer charlar con vos un rato.
    
    Un placer va a ser cuando me metas la pija bien fuerte. Pensó Natalia.
    
    A pesar de lo que había dicho, Javier estuvo bastante silencioso durante el viaje. Sólo preguntó una o dos cosas triviales. La tensión sexual se sentía muy fuerte en el interior del vehículo. Ella pensó que probablemente no quería decir algo que arruine lo que iba a suceder. Porque ya estaba cantado que el trayecto que estaban haciendo juntos, no era por la caballerosidad de él, ni porque ella se hubiese muerto por viajar en transporte público por un día. Iban a coger, ambos lo sabían, pero debían simular ignorarlo. Cuando llegaron a la puerta de su casa, ella le ofreció entrar utilizando una excusa.
    
    - ¿Querés tomar un café? Ya que viniste hasta acá… Me da pena dejarte ir tan rápido, como si fueses un taxista.
    
    - Sí, dale. -aceptó él, aunque no le gustaba el café. Le caía mal.
    
    Apenas atravesaron el umbral de la puerta, el profesor Russo la abrazó por atrás, la tomó del mentón, hizo girar su rostro, despacio, y le comió la boca de un beso. Ella se dio vuelta, y teniéndolo frente a frente pudo disfrutar mejor del beso. Lo abrazó y frotó la espalda ejercitada de su ex alumno, sintió el miembro erecto de Javier apretándose en ella.
    
    - vení, vamos al cuarto. – le dijo, y una vez que entraron agregó. -Así que ...
    ... querías cogerte a tu profesora. – recordando la confesión de él hace casi una década. – Vení pendejo, cojete a la profesora.
    
    Él la abrazó y la besó de nuevo. Le raspaba la piel con su barba, pero a Natalia no le molestaba. Le acarició le culo, y se lo pellizcó fuerte.
    
    - No sabés cómo me calentaba este culito manzanita. – le susurró él, y le dio un beso en el cuello.
    
    - ¿sí? ¿te gustaba? ¿te gustaba mirarle el culo a la profesora, pendejo atrevido?
    
    - Me encantaba. – respondió él, masajeándolo con ganas. - Me encantaba.
    
    Natalia le acaricio la verga. Estaba durísima, y se notaba que tenía un buen tamaño. Le bajó el pantalón, y luego el calzoncillo de un tirón. El miembro del profesor Javier Russo era ancho, y asimétrico. A ella le gustó la postura de mástil inclinado y el color rojo por la sangre que corría furiosa en su interior. Se sentó en el borde de la cama, agarró la pija de su ex alumno, y de un suave tirón le indicó que se acercara.
    
    - Ahora la profe te va a chupar bien la pija. – le dijo, con una sonrisa deliciosa, y acto seguido sacó la lengua y recorrió el tronco con ella.
    
    No tenía treinta y seis años en vano. Sabía chupar pijas, y se enorgullecía de ello. Saboreó el tronco y se metió el glande a la boca. Le escupió la punta, y lo hizo dos veces más antes de metérselo adentro de nuevo. Luego abrió la boca bien grande y se lo tragó casi entero, hasta que la cabeza le tocara la garganta. No le gustaba mucho hacer eso, pero sabía que muchos hombres ...