El siniestro profesor Leiva. Parte 1
Fecha: 21/07/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... enloquecían con eso, y quería satisfacer a su amante, para asegurarse de que ese encuentro se repita. Él apoyó la mano en su nuca, e hizo presión, acompañando los movimientos de ella.
Enseguida lo hizo acabar.
- Démela en la boquita. – Le dijo mientras lo masturbaba. – Dame toda tu leche.
Javier sacudió la verga un par de veces, y eyaculó en la cara de Natalia.
- Que linda pija tenés. - le dijo, mientras se limpiaba la cara con un papel. Le gustaba comportarse vulgar, y entregar todo al momento del sexo. Era de las que pensaban que todas las mujeres debían ser unas putas en la cama. - ¿Te gustó? – le preguntó.
-Mucho. – dijo él.
- Bueno, esperá que voy al baño, y vamos por la segunda.
Cuando volvió, él estaba desnudo encima de la cama, y para su deleite, ya la tenía dura de nuevo.
Se tiró encima de él, y se montó en la verga gruesa.
- Primero despacito. - le pidió.
Él le acariciaba el culo y las tetas mientras Natalia marcaba el ritmo con suaves movimientos pélvicos. Es increíble que el pendejo que conocí, se haya convertido en semejante macho, pensaba.
Le gustaba mucho sentir el fierro duro dentro suyo, y los masajes que le generaban las ...
... penetraciones la hicieron acabar enseguida.
Ya acostumbrada al tamaño y dilatada, se puso en cuatro.
- Cogeme fuerte.- ordenó.
Él se aferró a sus pequeñas tetas y embistió con potencia. El cuerpo de Natalia era sacudido de tal manera, que todo ante sus ojos temblaba como en un terremoto.
- ¡Sí pendejo, no pares, no pares, por favor!
Él no paró. Al menos no por los siguientes quince minutos, y cuando eyaculó sobre sus nalgas, ella ya había acabado de nuevo.
- Que bien que cogés. – lo felicitó a Javier, que estaba exhausto, acostado a su lado, con la respiración entrecortada.
Volvió de sus pensamientos. Casi había olvidado que estaba en clases. Por suerte sus alumnos estaban haciendo un trabajo práctico y no parecían notar su distracción.
Estaba caliente. Cuando tocó el timbre del recreo, fantaseó con ir a buscar a profesor Russo para cogérselo en uno de los salones vacíos. Pero nunca haría algo tan arriesgado, y en todo caso, ese día el profesor no estaba dando clases.
Entonces fue al aula 120 donde estaba su amiga Florencia. De repente se le fue la calentura. No veía la hora de chusmear con Flor, y enterarse de qué había entre ella y el profesor Leiva.
Continuará.