Bailando, muslo contra muslo
Fecha: 17/06/2018,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: magali, Fuente: CuentoRelatos
... más cuando empezó otra canción y la pista de baile se llenó más.
Habías dejado de sonreír, Era como si estuvieras tomándote aquello muy en serio, como si no fueras consciente de lo que nos rodeaba, como sí tu mundo se hubiera centrado en mí. Tu mirada hizo que me estremeciera. Me sobresalté un poco cuando tu mano subió hasta debajo de mi pecho, nos movimos al unísono, y mi mano se deslizó por su hombro hasta llegar a tu nuca. Tu pelo me hizo cosquillas en los nudillos, y el calor de tu mano pareció quemarme a través de la blusa. Mi estómago se inundó de calor mientras se restregaba contra tu ingle. Me quedé sin aliento, y me humedecí los labios con la lengua. Seguiste el movimiento con la atención de un gato que está a la caza de un ratón. Alzaste la mano hasta mi pelo, y me instaste a que echara la cabeza hacia atrás. Cuando deslizaste los labios por mi cuello desnudo, solté un jadeo que no alcancé a oír. Me acercaste más hacia tu cuerpo, y me rendí a sus deseos.
El gentío se había convertido en un cuerpo que se movía al ritmo sensual de la música, era una entidad que nos tenía a nosotros en el centro. Estábamos tan pegados el uno al otro, que me costaba distinguir dónde terminaba mi cuerpo y empezaba el tuyo. Parpadeé al notar que su mano subía hasta abarcar mí seno por encima de la blusa.
Nadie nos miraba, nadie nos veía. Habíamos pasado a ser parte de un todo más grande, pero al mismo tiempo estábamos al margen. La pareja que estaba junto a nosotros empezó a ...
... besarse, sus lenguas se entrelazaron mientras se acariciaban el uno al otro.
Los cuerpos que nos rodeaban hicieron que nos apretáramos más. El sudor me caía por la espalda. Todo se había convertido en calor y en ritmo. Al notar que tu erección presionaba contra mí vientre, abrí la boca ligeramente en una reacción silenciosa.
Fijaste la mirada en mis labios con expresión tensa, como si estuvieras dolorido.
Tu boca no se tensó por dolor, lo supe por la forma en que tu mandíbula se puso rígida cuando otro envite del gentío me apretó contra tu cuerpo. La mano que cubría mi trasero se abrió, subió hasta llegar a la base de mi espalda, volvió a bajar, y me apretaste aún más contra su erección.
Deslizaste una mano hasta mi muslo, agarraste el borde de la falda, y lo subiste mientras seguíamos bailando hasta que pudiste deslizar la mano por debajo de la prenda. Tus dedos fueron ascendiendo hasta mi sexo, y presionaste la base de la mano contra mi clítoris, Tus ojos se ensancharon ligeramente cuando tus dedos entraron en contacto con mi sexo húmedo, pero sólo lo habría notado alguien que estuviera observándolo de cerca. Tus labios se entreabrieron en un jadeo, o quizá fuera un gemido. Mi cuerpo se sacudió cuando tu piel entró en contacto directo con la mía. Y solté un gemido gutural.
Tus dedos juguetearon con los pliegues de mi sexo antes de empezar a acariciarme el clítoris. De no ser por el apoyo que me proporcionaban tu mano y la gente que nos rodeaba, me habría caído. ...