Una mañana en el sofá
Fecha: 23/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... arriba abajo. Comenzó a hacerlo cada vez más y más deprisa. Botaba en mi sofá, mientras yo agarraba sus caderas y lamia sus pechos, los acariciaba, los succionaba.
Se detuvo después de un buen rato, había conseguido tener su primer orgasmo… ahora lo deseaba yo.
Quería hacer el amor con ella, deseaba sentir el calor de su cueva, deseaba verla gozar de placer, pidiéndome que no parara… Fuimos a la habitación, y a la hora de ponerme el preservativo… chofff… la verdad es que mi miembro es muy especial para eso y no le gusta que la plastifiquen y sentir toda la humedad de un bueno coño excitado, y se declaró en huelga…
Ella fue comprensiva y no le dio mucha importancia. Eso ayudo a que mi miembro recuperara todo su esplendor. Bueno, eso y su boca, que volvió a hacer diabluras en mi miembro".
Me puse el preservativo. Estaba tumbada boca arriba en mi cama, desnuda, esperándome. Me miraba con esos grandes ojos que tiene, y una preciosa sonrisa.
Me incorporé sobre ella lentamente, nos besamos, y cogí un pecho suyo con la mano, lo acaricié, metiendo su pezón entre mis dedos.
Mi miembro tanteaba el terreno, intentando encontrar la entrada del placer… y sí que la encontró. Comencé a introducirla lentamente, gozando del momento que estaba viviendo. Quería alargar ese momento de placer todo lo que me fuera posible. Toda venosa. Mi ritmo al principio era lento, pausado… hasta que comencé a meterla salvajemente. Me encantan los cambios de ritmo por sorpresa.
Ella pidió ...
... cambio de postura, se sentó sobre mí, y lentamente se introdujo mi polla en su sexo. Veía su caliente cuerpo encima de mí proporcionándome un placer indescriptible. Comenzó a subir y bajar a buen ritmo. Ella gozaba, yo gozaba. Veía sus pechos botar al ritmo del polvo que estábamos echando, yo los sujetaba con las manos, sintiendo su calor, sintiendo la dureza de su pezón izquierdo… estaba en la gloria.
Se lo dije cuando ya no podía aguantar más, y se agachó para rodear con sus brazos sin dejar de mover las caderas hasta que yo exploté de placer.
Nos quedamos abrazados un buen rato en mi cama, sin decir nada, asimilando el bueno momento que habíamos pasado ambos.
Pasaron unos 15 minutos cuando mi miembro despertó otra vez, le habían encantado las sensaciones y quería volver a repetirlas, a pesar de que para ello tuviera que ponerme otro preservativo. La disfracé y comenzamos otro buen polvo.
Después del segundo round, salimos los dos al salón. La idea era recuperar nuestra ropa y vestirnos. Me pidió permiso para darse una ducha antes de llegar a su casa, me pareció que quería lavarse los pecados de infidelidad. Mientras estaba en la ducha me imaginé como se enjabonaba sus pechos, como mi esponja recorría sus muslos, sus brazos, sus intimidades… me estaba poniendo malo otra vez…
Salió de la ducha, oliendo al perfume del jabón. Una mujer perfumada es mi debilidad. Prácticamente la arranque la toalla. La tumbé en el sofá. Boca abajo.
Me tumbé encima de ella, los ...