Mi primer anal - Relatos Eróticos

Mi primer anal

Hace unos años cuando termine la carrera fui a visita a un antiguo compañero de piso a una aldea de Galicia. Mi compañero me había invitado varias veces, pero como siempre había estado ocupado con mis estudios no había tenido tiempo de hacerle esa visita prometida.

Mi compañero vivía en una casa grande de granito con un jardín delantero y una pradera vallada en la parte trasera, desde donde se veía el mar. Allí vivía acompañado de su madre, una mujer de unos cuarenta y tantos no creo que llegase a tener cincuenta años, viuda desde hace muchos años y su hermana una chica de unos veinte años.

La madre era una mujer madura pero muy atractiva, tenia grandes tetas y un culo muy bueno, tengo que decirlo porque en serio que me llamo la atención. Iba vestida como si fuese más mayor con el pelo recogido con un una coleta y con una bata de verano, pero no sé por qué me daba morbo.

La hermana no estaba en casa se había ido a la ciudad a hacer algo y volvería por la tarde.

Cuando estábamos hablando de que tal me había ido el viaje, que pensaba hacer ahora que había acabado la carrera, yo solo podía pensar en una cosa que me conto Carlos mi compañero cuando compartíamos piso.

Carlos me conto que su aldea era una aldea de pescadores, que los hombres del pueblo salían a la mar y pasaban meses sin volver a tierra, y que era normal que si en esos periodos llegaba al pueblo algún forastero y necesitaba alojamiento que las mujeres se lo dieran, eran muy hospitalarias y que era ...

... muy normal que la mujer de la casa tuviera sexo con el extraño, el bromeó y me dijo a saber quién es mi padre.

Después de comer Carlos se fue a la ciudad a buscar a su hermana y yo me fui a mi habitación a descansar.

Después de llevar un rato en la habitación y no poder dormir decidí levantarme y dar un paseo o sentarme en la pradera, nada más salir me encontré con la madre de Carlos en el jardín ella estaba de espaldas agachada arreglando unas plantas, el viento le movía la bata y dejaba todo su culo al aire, no llevaba bragas yo no daba crédito pero que culo tenia, ella estaba agachada con las piernas ligeramente abiertas, vamos que estaba para follarla sin preguntar.

Yo no podía parar de mirar se le veía todo el culo y un gran matojo de pelo negro entre las piernas.

De repente se da la vuelta y me dice

-Estabas ahí? ¿Llevas mucho rato aquí?

-Un rato, le conteste yo.

Me dice ella que pícaro me has estado mirando el culo y por eso no decías nada, yo me puse rojo y ella se rio.

Y me dice para hacer años que no me joden veo que todavía las pongo duras, y miro para mi entrepierna en la que se veía claramente mi erección.

¿Cuánto hace que no hechas un polvo? me dijo, seguro que no mucho, ¿y yo le conteste como dos o tres meses y tú?

Me responde hace que no me joden como dos o tres años, por eso no puedo desaprovechar ciertas ocasiones, suelo masturbarme a diario, porque aunque este viuda estoy viva, pero en el pueblo la verdad es que me siento sola, ...