Cuando ella conoce al macho alpha negro
Fecha: 31/12/2022,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... las dunas.
Recogí a toda velocidad todo y me fui para allá.
No los veía, había vegetación densa, dunas y cogí el camino.
Al avanzar unos metros oí la voz de Enmanuel.
- Así así muy bien, métela mas así.
Ahí estaba mi mujer de rodillas mamando polla con las manos atrás como le gustaba a su macho, solo boca y lengua, mirándole con cara de zorra a los ojos.
No se dio cuenta ni de mi presencia.
Enmanuel me guiño un ojo y me hico la señal de que no hablara.
- Muy bien putita cómela así, ahora en casa tenemos a mi sirvienta para que estés como mi princesa y tu marido este como un rey.
- También está mi tío, es mayor y no pasa nada, pero le voy a dejar ver como tu príncipe te hace la puta más feliz y tú ya no dirás nada solo si a todo ¿verdad mi puta?
No tenía yo claro este rollo del tío y la sirvienta, y creía que Mirian tampoco, pero al apartarle el del pollon para que respondiera mi mujer dijo:
- Príncipe, yo solo quiero estar a la altura de tus deseos, haré y diré lo que tu desees.
Mirian no sabía que yo estaba allí mirando a tres metros, por lo que sé que lo dijo de corazón y sin cortarse. La volvió a dar de mamar:
- Así me gusta princesa, llénala bien de saliva quiero llenarte y clavártela entera.
Mirian se la clavaba hasta donde podía con ruidos guturales incluidos, la tenía llena de saliva y baba además de líquido seminal.
La aparto de la polla y la levanto subiéndosela encima, apunto el pollon al coñito de mi mujer y la fue ...
... bajando hasta enterrárselo.
Mi mujer empezó a botar agarrada fuertemente a la espalda del negro, más de un puño de polla no entraba, la llegaba hasta el útero.
Mirian empezó a empalmar orgasmos unos con otros, gritaba sin ningún pudor.
Las manazas de él amasaban su culo y sus dejos se enterraban en su ano.
Él decía:
- Baja más, bajas más puta, clávala más, clava toda dentro, quiero mi leche muy dentro.
Mirian hacia esfuerzo hacia abajo y quedándose insertada haciendo fuerza le dijo:
- Mi amor no cabe más mira, no me da más el coñito.
El metió sus brazos por debajo de las piernas de ella, y agarrándola de la cadera empezó una salvaje clavada con entradas hasta el límite de su útero y en la última clavada la dijo:
- Toma mi leche negra
Y gritando y bramando, clavándosela a todo lo que entraba empezó a escupir semen que se le salía a mi mujer mezclado con los chorreones de flujo que la corrían por la entrepierna.
La desclavo y sin decir ya nada mi mujer se tiro al suelo a por su ración de leche agarrándosela con ansia y dejándosela reluciente.
El la miró y me miró con ojos de satisfecho, de amo del mundo.
Mi mujer de rodillas a sus pies jugando con la lengua con su capullo, el coño irritadísimo echando cantidad de leche y el negro volvió a dar una vuelta de tuerca a su dominación.
Se dio la vuelta, se abrió los cachetes y la dijo:
- Chúpamelo me has hecho sudar mucho.
Mi mujer agarro su culo, lo abrió y empezó a lamerle la raja del culo ...