Mi mujer me pone un cinturón de castidad
Fecha: 01/01/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Qurioson, Fuente: CuentoRelatos
... cómodo, y a continuación se acostó desnuda a mi lado, yo me corrí todo lo que pude a un costado para no tocarla, le dejé tres cuartas partes de la cama y yo me puse en en el pequeño espacio que quedaba.
No pude dormir en casi toda la noche, no dejaba de atormentarme lo que estaba pasando y pensaba que esto no iba a terminar jamás, además la jaulita en mi pajarito era muy molesta, ser torturado me excitaba mucho, y no podía ni tocar mi pene, a media noche me levanté para hacer pis, y me mojé las piernas y el piso del baño, quise hacerlo como siempre parado frente al inodoro y la orina salió para cualquier lado, Alicia escuchó que puteé por lo que había hecho y se despertó, al ver que me había orinado encima y mojado todo, se rio y dijo:
-sos un inútil, ¿no te das cuenta que vas a tener que orinar sentadito como una señorita? pelotudo, ahora seca todo y lávate, no quiero sentir tu olor a meo, y déjame dormir idiota.
A las dos de la mañana, tuve que limpiar y secar el baño, lavarme las piernas y recién después volver a la cama.
Al día siguiente me fui a trabajar como siempre, después de que mi Ama me diga que hoy seguiría con mi adiestramiento.
En la oficina estaba distraído y mis compañeros me notaban raro y molesto, la jaulita en mi pajarito me tenía muy incómodo, además de la situación en mi casa.
Esa tarde volví a casa y nuevamente me mandó a esperarla desnudo en el piso del dormitorio en mi posición de esclavo sumiso, o sea de rodillas con mi vista ...
... hacia abajo y mis manos unidas a mi espalda.
Esta vez entro vestida solo en ropa interior muy sexi, tenía en una mano un cinturón mío de cuero y otra cosa que parecía una fusta, el cinto me lo colocó en el cuello a modo de correa de perro y la fusta la mantuvo en la mano.
Después de ponerme la correa, me tocó uno de los pezones casi cariñosamente y me pregunto
-¿cómo estás hoy putito?
-Bien Ama
-podes decirme Señora también si te sentís más cómodo
-si Señora
Tanta amabilidad me sorprendió, me agrada más llamarla Señora y me sentí más tranquilo.
Caminando lentamente alrededor mío, y dando golpecitos con la fusta en la palma de su mano, comenzó un largo monólogo.
-Para empezar ahora no tenés permiso para hablar, solo escuchas y asentís con la cabeza, a menos que te pida una respuesta
-A partir de hoy, voy a establecer las nuevas reglas de esta casa, vos solo serás mi pareja aparentemente normal, estando en la calle, dentro de la casa, sos mi esclavo y yo tu dueña. Tendrás que usar la correa y todos los elementos que me den placer usar con vos.
Ni bien llegues de la calle, te darás un baño y tu única vestimenta será una tanguita negra. Deberás tener siempre limpio el culito por si se me da la gana de meterte los dedos, estar sucio será una falta grave y me obligarás a hacerte enemas de agua jabonosa o gaseosas.
Aquí adentro harás todo lo que te ordene y cumplirás mis deseos, de lo contrario, no voy a dudar en castigarte duramente.
-Claramente ...