1. La chica del pueblo


    Fecha: 10/01/2023, Categorías: Hetero Autor: AlazarRP, Fuente: CuentoRelatos

    ... mío la abraza ella por detrás, ella me besa el cuello, yo sé que busca incitar de cualquier sensación, ella con las manos busca rozar de cualquier parte de su cuerpo haciendo mucho énfasis en unos círculos que serían como un baile de su trasero para mi pelvis. Yo tan solo buscaba escuchar cualquier gemido. ¿Y es que en medio del bosque quién nos iba a escuchar? Yo recuerdo rozarme contra su espalda, recuerdo la sensación de rubor que recorría nuestro rostro, y recuerdo sentirla ceder poco a poco.
    
    Así es, un par de jóvenes en la exposición de su naturaleza.
    
    Recordar la maldad de unas nalgas firmes, que aunque no muy grandes, se sentían fuertes, empujarse, con la intención de que a través de un vestido y un pantalón, se lograse sentir el roce entre mi miembro y su vagina.
    
    Yo recuerdo empezar a subir su falda, empezar con un dedo, siempre el del medio, a sentir su sexo, a descubrir si ya se encontraba mojada.
    
    Recuerdo la textura que es tener una tela delgada, Qué hace de protección entre tu mano empujando y algo muy delicado qué te llama a la acción.
    
    Hablo del olor que suelta, que es en parte bochornoso, que es fresco, y que en la situación correcta puede atraparte en una mar de sentimientos
    
    Hablo del tacto que es muy suave, de la parte del cuerpo más delicada, de una parte muy maleable, de aquello que siempre queremos y por fin tenemos.
    
    En pocas palabras de una sensual vagina.
    
    Siempre insistiré en que la sensación de subirle la falda a una pueblerina, ...
    ... empujarla con violencia contra un árbol, distinguiendo si su placer es ocasionado por qué la trate con rudeza o por algún morbo de estar al aire libre, es algo único.
    
    Los segundos son fugaces al subirle su falda así como al bajar tus pantalones y apartar sus bragas hacia abajo, el calor del momento hace que desesperadamente quieras rozar contra ella tu pene, mientras los dos están parados, ella dándote la espalda abrazando con sus manos a el árbol, sentir un silencio de suspenso, mientras ella aprieta sus manos, y se prepara para dejar a disposición lo que le puedas hacer. Rozándole en los labios exteriores sin entrar aún, recorriendo la punta de tu pene por sus labios, al acecho. Eso es sentir un beso de humedad, es sentir que la cabeza de tu pene es bañada en lo que parecen cosquillas, pero son mejores, y es un beso lento, un roce suave que genera confianza, calor y desesperación en partes iguales.
    
    Yo tomé sus caderas con mis dos manos, apretando su contorno y empujando de a poco, es increíble lo mucho que te puede cautivar el llamado del sexo, tanto como rubor en las mejillas, como un pulso acelerado del corazón.
    
    Fue sentir que aquello resbalaba y cerrar mis ojos, para darme cuenta de una complicidad y un silencio, mismo que sólo pudo ser roto por las dulces notas
    
    De la solista, en ese momento mediante vocales era capaz de expresar su sexualidad.
    
    Gemidos, les llaman. Y gracias a la virilidad de un movimiento lento, a la poca aprensividad y casi libertad que se ...