1. Perversa obsesión


    Fecha: 12/01/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... puro gusto. Al principio, con toda la vergüenza del mundo, tanto delante de él como a solas.
    
    Quería quitármelo, coger unas tenazas y librarme para siempre de ese maldito estorbo, pero justo cuando estaba buscando entre las herramientas de mi padre, el maldito chisme como si hubiera oído mis pensamientos decidió darme otra buena descarga. Durante horas me tuvo tirada en el garaje del edificio muerta de miedo pensando que alguien me iba a encontrar mientras disfrutaba de un orgasmo tras otro. Apenas pude subir las escaleras de vuelta a mi casa.
    
    Cuando llegué a ella me estaba esperando él, cabreado. Llevaba un buen rato esperando para poder follarse a su perra, aguantando el hedor a insoportable a hembra que había por toda la casa. Yo me disculpe como pude, pero sabía que eso no iba a ser suficiente para calmar su furia. Al final termine aceptando cualquier castigo que él me impusiese.
    
    Se orino encima de mi.
    
    Y sí, me folló. Descubrí que la cadena no me permitía meterme mis dedos, pero él ...
    ... si que podía meter su polla en una única posición, salvaje y brutal, de total entrega hacía él.
    
    Mientras la situación de mi padre se agravaba, yo me iba degradando cada vez y más.
    
    No tardó mucho tiempo en que me acostumbrará a correrme por cualquier esquina de mi casa o a que él se corriera y se meara encima de mi. Verme bañada en su semen le gustaba, pero era mearme lo que le provocaba un placer de lo más morboso. Lo que empezó siendo un castigo, se convirtió poco a poco en uno de sus mayores placeres. Le gustaba hacerlo sobretodo por la tarde, cuando el juguete que seguía dentro de mis entrañas le daba por matarme a orgasmos.
    
    Me grabó para que me viese en pantalla grande: Tirada en el suelo gimiendo mientras me bañaba con su orina en el salón de mi casa. Nunca había pasado tanta vergüenza. Hasta que recordé como estaba todo.
    
    Cuando se me ocurrió preguntarle cuando me iba a permitir limpiar la casa o bañarme, él me golpeo y terminó violandome.
    
    Y yo me corrí como la perra que era. 
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