Putachas nalgonas (Cap. 5) - Relatos Eróticos

Putachas nalgonas (Cap. 5)

... por la noche antes de dormir poco antes de regresar a sus encierros llamados jaulas y se apaguen las luces, solo tendrán 10 minutos para comer su alimento. Aun cuando seguían frustradas y enojadas con ellas mismas por haberse dejado embaucar de esa manera tan vil, decidieron dejar a un lado su frustración y enojo a un lado ya que tan solo les habían autorizado diez minutos para comer y más les valía terminar porque su próximo alimento sería al día siguiente antes de dormir.

Faltaban pocos segundos para cumplirse los diez minutos permitidos para comer aun dentro de sus jaulas, enseguida sintieron vibrar sus collares lo que les hizo recordar que para que la vibración terminara solo era obedeciendo sin alteraciones en sus pulsaciones o bien que el Ama desactivara momentáneamente el tormento reactivándolo después para mantener controladas a las perras nalgonas. Entendieron que debían caminar a cuatro patas hasta sus actuales entrenadoras para ajustarles una correa al collar y así poderlas jalonear en caso de que intentaran resistirse en cierto momento u orden recibida, su dominio estaba siendo total e inevitable para ellas resistirse de un modo u otro. Se les ordenó ponerse a dos patas para así poderles ajustar más cómoda y fácilmente sus respectivas correas al collar; una vez colocadas les aplicaron un jalón de la correa con tal fuerza para obligarles a caer nuevamente a cuatro patas y de inmediato empezaran a seguirlas.

Pronto fueron conducidas hasta el salón principal ...

... donde su Alteza les aguardaba desde su trono para empezar a dictar las normas que tenían que seguir durante su entrenamiento. Su Alteza empezó a leerles el conjunto de reglas y tiempos a cumplir en cada tarea a realizar, así como también les puntualizó la cantidad de horas que debían cubrir en su desempeño diario, el cual les estipulo que serían las mismas ordenes que seguirían a los pies de la dueña de la casa en las que fueran asignadas en unos días. Una vez dicho esto las PUTAS entrenadoras les pusieron una mordaza especialmente adecuada con un cepillo el cual les obligaba a estar barriendo estando a cuatro patas y barriendo con el hocico, se les estableció como tiempo límite una hora para dejar todo listo. Las nalgonas ya habían sido maltratadas muy seriamente el día anterior y querían tener más sufrimiento, esto les alentó a que su desempeño en su primera tarea del día fuera ágil y evitar así otro castigo mayor de los que ya habían sido víctimas.

Se apresuraron a cumplir y terminaron con un tiempo sobrante de cinco minutos que aunque no era mucho, si habían logrado superar el tiempo que se les había impuesto; minutos más tardes aparecieron sus entrenadoras para calificar tanto el desempeño de las esclavas, así como también la limpieza. Se quedaron sorprendidas que al llegar las perras ya estaban quietas esperando a cuatro patas esperando a ser calificado su primer trabajo el cual habían superado satisfactoriamente. Las entrenadoras llevaron a las estúpidas ante su Reina ...