1. La esposa de mi tío


    Fecha: 24/01/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El jueves fue el día de la visita del cementero, para mí estas cosas no las entiendo, qué añadirá a un muerto, nada, por supuesto.
    
    Sucede por la tarde, me lo ofrecieron pero no quería.
    
    En este cementerio están enterrados mi abuela, un tío y una tía además de gente de familia que no conozco.
    
    Esta visita tiene lugar en la tarde del jueves, la hora favorita para mi siesta, estoy de vacaciones.
    
    Después del almuerzo, descansamos un poco, luego oí pasos, puertas que se abren y cierran, entonces nada. Silencio. Cuando miré por la ventana con vistas al valle los vi alejarse, mi abuelo, mi tía y mi tío Farid, Sara no estaba con ellos, ella se quedó en casa, se nos ofrece una fiesta de sexo. Había un ruido de televisión en la sala de estar, me levantaba e iba a ver, en realidad estaba Sara, la esposa de mi tío revolcándose en el sofá viendo la televisión. Llego muy lentamente, ella no me vio venir. Me acerco muy lentamente, la veo, ella dormía.
    
    Estaba boca arriba, me acerqué de puntillas, me incliné y la besé un poco en los labios.
    
    Ella lleva un camisón que está montado por encima de las rodillas, le subo un poco este camisón y miro sus hermosos muslos, empiezo haciendo cosquillas a las plantas de sus pies, después de subir por las piernas con suaves caricias para llegar a los muslos.
    
    El entrepiernas estaba caliente, hago cosquillas en las bragas, percibo un poco mojado, sigo haciendo cosquillas, los estiramientos húmedos, Sara todavía estaba durmiendo, me pongo al ...
    ... nivel de su cabeza, la beso en la boca presionando un poco mis labios contra los suyos mientras acariciaba su pecho le bajo la mano, inserto mi mano debajo del elástico de las bragas y toco la vagina, estaba mojada.
    
    Me burlo de los labios grandes y poco a poco inserto el dedo y empiezo a ir y venir, Sara comienza a gemir mientras sigue durmiendo, estaba cansada.
    
    Mientras hurgo en su vulva, Sara gime y se muerde el labio inferior, ya empieza a ondear desde la pelvis, una señal de que aprecia lo que está pasando en sus sueños.
    
    Finalmente se detiene, acaba de venir a disfrutar, lo sentí por la cantidad de ciprina en mi mano, Sara abre los ojos, acaba de despertar, me mira, tiene una mirada vaga, cierra los ojos sin quedarse dormida, sí soñó, pero me puso en su sueño, disfrutó de su sueño y no quiso despertar.
    
    Esto nos sucede cuando tenemos un buen sueño y nos despertamos, cerramos los ojos para continuar en el contexto del sueño. A diferencia de la pesadilla, cuando te despiertas vas por un vaso de agua y no quieres volver a dormir, el miedo a los eventos de pesadilla.
    
    Para Sara, despertarla es un pecado, quería continuar su sueño, este sueño lleno de placer, quería dormir el mayor tiempo posible para quedarse y esperar el resto de los eventos, pero yo quería ser dueño de ella, quería que se despertara y participara, tal vez se divertirá más haciéndolo consciente.
    
    Estaba caliente, no podía dejar esa oportunidad, ni de cogerla por el coño, ni de follarla por el ...
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