1. Mi tia Ana me inicia en el sexo (II)


    Fecha: 01/02/2023, Categorías: Lesbianas Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    “Es la primera vez que siento esto, gracias por decirme que es calentura. Siento ganas de sentir, ganas de que… de gozar”.
    
    Ana me tomó de la mano, entramos a la casa, cerró y fuimos al dormitorio.
    
    Así terminaba la primera parte de mi historia. Fuimos a su dormitorio y me dijo que me quite toda la ropa, era tal mi estado de excitación que no dudé en hacerle caso. Ella hizo lo mismo. Nos pusimos de rodillas enfrentadas y con las rodillas separadas casi al máximo, a casi un metro una de otra. Mi calentura subía al ver el cuerpo desnudo de Ana, y no saber qué iba a pasar, pero sabía, confiaba en ella.
    
    Ana empezó a acariciarse lentamente los pechos, pasaba sus dedos por los pezones y jugaba con ellos. Yo la empecé a imitar, sentía lindo ese contacto. Ana con cara de placer introdujo dos dedos en su boca, yo chupaba mis propios dedos, de pronto imaginaba que era el pene de un hombre, mi otra mano seguía ocupada en mis pechos. Una vez que los tuvimos bien mojados comenzamos a acariciar los pezones. Por primera vez en mi vida, a los veintiocho años sentía choreaban mis jugos por mis piernas.
    
    Ana había tomado un aceite para el cuerpo de su mesa de luz, puso un poco en sus manos y en las mías. Me mostró como recorría su propio cuerpo, tal como yo.
    
    “Sentí Flaca, sentí el placer de acariciarte tu propio cuerpo, como tu piel se alegra de recibir esas caricias”
    
    Sus palabras lograban despertar mis sentidos, no excitarme, me excitaba comprobar que lo que ella decía era ...
    ... verdad.
    
    Se detuvo, me miró, se sonrió y me dijo
    
    “Ahora, subimos el nivel, lista?”
    
    “Si, lista”
    
    Separó los labios de su vagina y comenzó a jugar con su clítoris. Yo la seguí, y ella me indicó
    
    “Cuidado, es muy sensible, mimoso”
    
    Le hice caso, y realmente era sensible, desde allí por mi espina, impulsos eléctricos sacudían mi cuerpo, estremecían mi cerebro. A pesar de tener los dedos con aceite, nuevamente introdujo dos en su boca, le pasaba la lengua, me miraba con lujuria, haciéndome saber que pensaba lo mismo que yo, que la imitaba. Los llevamos del nuevo al clítoris, pero esta vez dejándolos extendido solamente los subíamos y bajábamos.
    
    “Sentílos, los picarones, quieren jugar con nosotras, es como si tuviesen vida propia, huy, están muy picarones, muy calientes, sentí como se aprietan contra nosotras, prepárate porque me parece que quieren...”
    
    Y no continuó porque efectivamente querían penetrarnos y lo hicieron, Respiré profundo, años sin sentir nada dentro mío y de pronto, de pronto el placer
    
    “Cuidado, dijo Ana, estos chicos son muy malos, nos quieren hacer poner locas para gozarnos ellos, anda a saber que quieren hacernos los chanchos.”
    
    Ella relataba todo tan perfecto, que a sus palabras, mis sensaciones, se sumaban flashes con imágenes de lo que ella relataba, cerraba los ojos y los veía reír dentro de mi vagina, cómplices, los veía tramar algo. Las sabanas bajo mío eran casi una laguna, mis fluidos caían sin pasar por mis piernas.
    
    “Sentí, dijo ...
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