1. Un trío insuperable


    Fecha: 20/06/2018, Categorías: Hetero Autor: Jacqueline, Fuente: CuentoRelatos

    ... chimenea y aún tenia leña a su lado. Entre ambos se dieron a la tarea de encender fuego, cosa que no fue nada fácil, pero finalmente lo lograron.
    
    Estabamos todos congelados y al sentir el calor de la chimenea, comenzamos a revivir. Ellos muy pronto se desprendieron de sus ropas y las acercaron al fuego con el afán de secarlas. Solo en ese momento repare que estaba a solas en una cabaña, con fuego en la chimenea y con dos maravillosos machos semidesnudos, ya que solo tenían puestos sus calzoncillos.
    
    Alberto después de intrusear un poco por las habitaciones logro conseguir una toallas. Ellos se secaron y se cubrieron de la cintura para abajo, mientras se desprendían de sus slip. Me pasaron la toalla más grande y Alberto me dijo:
    
    -Anda sácate la ropa mojada que te vas a agarrar un tremendo resfriado!
    
    Tímidamente me retire a uno de los dormitorios y me desnude, secándome con la toalla. Al sentirme más aliviada inmediatamente vinieron a mi cabeza las ganas de encatrarme con alguno de ellos, me daba lo mismo cual de los fuera, aunque hilando muy fino, quizás prefería que fuera Francisco, ya que sus ojos verdes realmente me mataban.
    
    Sinceramente había que haber sido muy guevona o muy cínica, para no sentir ningún deseo erótico, al estar ahí solos en la cabaña y todos prácticamente en pelotas.
    
    Regrese a donde se encontraban ellos y puse mi ropa que estilaba frente al fuego. Estuvimos conversando un montón de intrascendias. El aguacero no aminoraba sino que parecía ...
    ... tomar más fuerza. Nos reímos mucho imaginando como se encontrarían nuestros compañeros, en el campamento, metidos en las estrechas carpas, empapados y con frío, mientras nosotros nos encontrábamos, a todo dar frente a un exquisito fuego.
    
    Incluso Francisco que había estado registrando la cocina, regreso con aire triunfal, traía dos cajas de vino entre sus manos. Era justo el toque que faltaba. Comenzamos a servirnos el vino y continuamos con nuestra conversación.
    
    Alberto para no quedarse atrás, trajo unas frazadas y las tendió sobre el piso, entonces nos acomodamos los tres ahí, justo frente al fuego. El ambiente nos fue embriagando, y comenzamos a hablar de sexo para variar. En un instante Alberto rozó con sus dedos uno de mis hombros suavemente, yo no dije nada solo lo mire con deseos a los ojos, él se me acercó y aplasto sus labios contra los míos. En seguida me abrazó y sus manos se desplazaron por mi espalda.
    
    Francisco no hizo ni dijo nada, solo no observaba, mientras con Alberto nos besábamos. El calor fue subiendo de tono y muy pronto note que sus manos se desplazaban por mis piernas. En ese instante la toalla que cubría mi cuerpo, se soltó y resbalo por mi cuerpo.
    
    Cuando Alberto se apartó de mi cuerpo para observarme, olas de vergüenza y pudor vinieron a mi cabeza, así que me senté con las piernas muy apretadas y con un brazo cubrí mis tetitas, mientras mi otra mano intentaba tomar la toalla para cubrir mi excitada gruta.
    
    En ese momento Alberto me miro y ...
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