-
Una tarde de domingo
Fecha: 18/02/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: SebastianYLN, Fuente: CuentoRelatos
... pues no le importaba ser vista. Accedí sin pensar en consecuencia alguna. Ya fuera la subí sobre el bonete del auto y quite su diminuto pantalón. Ella complementaba su sostén con un hermoso panty tanga, solo Dios sabe cuánto que me gustan. Le dije que me lo modelara así que me enseño desde donde estaba. Como era de esperarse no duro mucho más tiempo puesto. Bese sus muslos casi con veneración. Una vez llegue a su entrepierna, pase mis manos por debajo de su cuerpo y agarre sus hermosas nalgas. No pude esperar más e introduje mi lengua en ella mientras se torcía de placer. Admiraba como torcía su torso a la vez que agarraba mi cabello. Así seguí, apretando sus nalgas y disfrutándomela hasta que me informo a gritos que estaba a punto de su clímax. El grito de un violento clímax retumbo por cada una de las lomas que nos rodeaban dejando el eco más placentero que jamás había escuchado. Se desmorono encima de mi temblando de placer, dejándome saber lo bien que me había portado. Me miro con cara de malas intenciones y sin pronunciar palabra se bajó del bonete y me empujo contra el auto. Agresivamente quito mi correa, y no dudo en bajar mi pantalón revelando mi dureza. Como toda una maestra en las artes del sexo se arrodillo y comenzó a jugar con mi miembro. Primero con la mano mientras me veía con sus ojos de deseo. Una vez vio que cerré mis ...
... ojos, puso su boca sobre mi humanidad. Primero lo beso, paso su lengua hasta que comenzó uno de los sexos orales más memorables de la historia. Con cadencia casi perfecta me saboreo como si no hubiera otro día. La disfrutaba mientras perdía noción de donde estábamos. No pude aguantar, la levante y volví a subir al auto. Abrí sus piernas coloque protección y la penetre. Con ritmo nuestros cuerpos se hicieron uno. Nos movíamos con tal fuerza que el auto casi bailaba. Me pidió cambiar así que la volteé y comencé nuevamente esta vez yo desde su parte trasera. Agarre su pelo como timón. Eso le encanto. El ritmo siguió con intensidad hasta que comencé a escuchar que sus gemidos aumentaban intensidad. Mi ritmo aumento al mismo simultáneamente. Cada vez más rápido hasta que ambos explotamos de placer. Nos miramos y reímos. Miramos nuestro paisaje y pudimos percatarnos que teníamos fanáticos a lo lejos. Corrimos rápido para escondernos a lo que nos veían. Era otra pareja que al parecer buscaba emular nuestra aventura. Una vez en el auto continuamos nuestra travesía. Al volver a la carretera principal la miré, reí. Ella me daba la impresión de que no sería una aventura más. Lo nuestro había comenzado con pie derecho. La espontaneidad de nuestro primer encuentro me dejaba el buen sabor de que había encontrado la aventurera que tanto había esperado.