Nunca había sentido cosa igual (Parte III)
Fecha: 24/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: canicula, Fuente: CuentoRelatos
... intimidad, lo añoraba.
Ahora, el me pidió que me hincara, se puso atrás de mí, e hizo que mis rodillas y manos tocarán el piso, quería hacerme suya en la posición que muchos llaman "de perrito", y yo, loca por él, lo consentí, y rápidamente seguí sus instrucciones, cuando menos acordé ya me estaba ensartando su pene, sí, mi vagina recibía por tercera ocasión su macana, su leño de carne. Él comenzaba a bombearme sus embestidas, que hermoso sentía, "que rico" llegué hasta pronunciarle, me encontraba sumisa completamente, solo recibiendo su falo, en un mete saca intenso mientras sus manos sujetaban mi cintura, por tercera ocasión me la estaba metiendo, "me cogia" como dicen por ahí, "me estaba cogiendo como nunca", no me importaba nada más, solo quería sentirlo, sentir como su pene se atarragaba en mi interior una y otra vez. Nunca imaginé entregarme a un hombre que no fuera mi esposo, de darle mi parte más sagrada a un hombre menor que yo, y hoy lo hacía con gran convicción.
Pienso quizás, que en ese momento mi esposo acababa de terminar su práctica de tennis, mientras yo, su mujer, daba lo que a él le pertenecía a otro hombre, que me estaban "cogiendo" a kilómetros de distancia, que mi piel se exhibía sin recato a este príncipe.
Se llegó el momento, un tercer orgasmo a la puerta, ambos estábamos a punto de explotar, y así fue, otra vez, al mismo tiempo ambos estallamos, "que rico", "que hermoso" me decía a mí misma, mientras mi príncipe volvía a vaciarse en mí, por ...
... tercera ocasión mi príncipe me mojaba, llovía en mí, que delicia, era un placer absoluto sentir como su carne derramaba su semen y lo vertí en mi ser, prácticamente nos vaciamos en ese tercer acto.
Terminamos exhaustos, el tiempo empezaba a carcomer nuestros planes, fue entonces que llegó el momento de irnos de aquel hotel, después de besarnos un poco, comenzamos a vestirnos, juro que mi vagina me dolía de tanta embestida, pero era un dolor que me gustaba, me excitaba, siento que me había rozado un poco de mi parte más íntima, pero me encantaba, al mismo tiempo veía el pene de mi príncipe, todo rojo, colorado, de tanto usarlo en mí, y fue entonces que él me dijo: "ya hasta me duele mi pene", eso me excitó mucho, pues al saber que me lo había atarragado sentía mucha éxtasis, me gustó verle su falo rojo rojo, muy colorado de tanto metérmela, definitivamente vacié sus testículos, pues las tres veces mi príncipe se vino en mí como nunca, juro que ni siquiera mi marido lo había hecho de tal manera.
Ahora, nos preparábamos para regresar a nuestro pueblo, veníamos los dos algo cansados en un autobús, ya la noche acariciaba nuestro viaje, que por cierto casi sin pasajeros, veníamos felices, en el camino mi príncipe me dedicaba una canción y yo suspiraba. Si, reconozco, me acababa de entregar a este hombre menor que yo como nunca lo hice con mi esposo, le había entregado más que mi aliento, mi cuerpo entero, y ahora regresábamos a nuestros destinos.
Había entregado mi mayor ...