Encuentro furtivo
Fecha: 13/03/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Epikuro, Fuente: CuentoRelatos
... melosas en relación a mí y a mi pene. Me volví a excitar. No tardé mucho en volver a estar a tope. Rocío bajó y me la empezó a chupar otra vez. Cuando dejó de chupármela; escupió y esparció su saliva por mi pene rodeando casi por completo el condón. Se apoyó de espaldas a mí sobre el escritorio y abrió sus nalgas con las manos. Su ano se abría entregándome toda disposición. Era una vista hermosa, caliente y mórbida: lo suficiente como para calentar a una psicología como la mía. Fisiología tal vez.
-Primero, métela despacio. Para que me vaya adaptando a tu pico. Cuando te diga, dame duro.
-Tranqui señorita (...) -a veces nos llamábamos por nuestros apellidos -se como se hace esto. No pienses que no lo hecho antes.
-Buena po' … a veces te poní agrandadito sin que te lo pidan -mientras me decía esto último, ella y yo reíamos.
Comencé a introducir lentamente mi pene No costó demasiado. La cabeza un poco, pero un poco nada más. La lubricación de su saliva había facilitado, pero creo que no hacía falta, pues, como dije antes; era un agujerito que exudaba experiencia.
Cuando entró la cabeza, metí fuertemente el resto. Rocío soltó un grito de placer considerable. De nuevo le tape su boca con mi mano.
-Te dije que la metierai despacito po' -me decía en un tono calenturiento de plena cacha.
-Lo siento… es que me vuelves loco po' Rocío, no soy capaz de controlarme en estas cosas, menos contigo.
-Bueno… ya… sigue, sigue no más.
Comencé a bombear su ...
... retaguardia. El placer que sentía era intenso. De momentos, podía meter casi por completo mi pene dentro de ella, ya que con sus manos abría sus glúteos entregándome todo el camino. Era calentito, estrecho, resbaloso; si no daba la presión necesaria, su ano podía expulsar mi pene sin problemas.
-Dame duro… dame duro hueón te digo.
Rocío dio la orden. Acaté. Ella arqueó su cuerpo y apoyó su abdomen y tetas sobre el escritorio. Una lapicera y el mouse del PC cayeron a piso. No importó. Como ya no importaba el ruido de la lujuria.
Penetraba fuerte y duro. Rocío era una leona, yo, un obrero. Comencé la infaltable, las nalgadas siempre son efectivas para ayudar a la mujer en el orgasmo. Rocío respondía con gritos de placer a cada una de ellas.
Penetraba y penetraba. Estuve así por lo menos dos minutos y sentí que ya no podía aguantar más. En cualquier momento iba a acabar.
-Ay… ay… me voy a venir, me voy a venir -gritaba Rocío.
En ese momento, ella comenzó a mover su culo con movimientos circulares, como los que comúnmente realiza cuando tiramos, causándome un pequeño dolor que no manifesté. Fue en uno de esos movimientos en que mi pene salió de su ano; Rocío soltó nuevamente un grito de placer a raíz de esto. Pude notar que el condón tenía unas ligeras manchas de feca. Si se preguntan si me dio un poco de asco; todo lo contrario, me calentó aún más. Y no solo eso, fue ahí cuando cometí un error que ya volveré a repetir en mi vida: me quité el condón sin avisar. Volví a ...