1. La juventud es una joya: Apuestas


    Fecha: 26/03/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Aprovechando el anonimato y a sabiendas de la poca probabilidad de que mi novia se entere, pasaré a relatar como, en nuestros años mozos, las pasábamos guarreando.
    
    Antes de empezar y para poneros en situación, me gustaría aclarar que tanto mi novia como yo somos amantes empedernidos del sexo y el erotismo y que fácilmente se nos podría confundir con ninfómanos.
    
    Una vez dicho esto me gustaría contar como en 2002 con 21 añitos ambos y llevando poco más de 6 meses juntos, "cansados" del sexo común, nos vimos envueltos en un continuo I+D del folleteo. Es más o menos por aquella época cuando se nos ocurrió mezclar las apuestas con las guarradas y fuimos descubriendo la verdadera pasión que nos unía.
    
    Si mal no recuerdo, por Semana Santa aquí en España, tuvimos unos días libres en la universidad en los que pudimos dejar de estudiar los libros para estudiarnos a nosotros mismos. Aclarar, que nos ponía extremadamente cachondos jugar con nuestras bocas, lamernos los labios, los dientes, la lengua, el cuello, las tetas, todo el cuerpo en general, básicamente todo lo que fuese jugar con nuestra boca y saliva. Así pues, cuando nos quedábamos minutos solamente comiéndonos las bocas generábamos mucha saliva que, una vez cachondos perdidos, usábamos como lubricante, ya sea para follar o para hacernos pajas ya que era especialmente espesa, suave y deslizante.
    
    Fue entonces cuando en esas semanas de vacaciones decidimos en vez de escupírnosla en nuestras partes, mantenerla en la ...
    ... boca y, por ejemplo, en su caso, hacerme una mamada sin derramar ni una pizca de saliva hasta correrme o, comerle yo el coño, también, sin derramar una pizca de saliva, lo importante realmente era mantener el mayor tiempo posible nuestros genitales los más lubricados que pudiéramos. Una vez acabábamos la faena, claro está, simplemente terminábamos al otro y nos quedábamos descansando pegados, sucios de semen, saliva y fluidos varios, el simple hecho de sentir que al juntarnos sonaban los fluidos y nos resbalábamos por nosotros mismos nos excitaba muchísimo.
    
    Un día que estábamos hablando por Telegram sobre las guarradas que hacíamos nosotros mismos, a mi novia se le ocurrió que podíamos intentar, cuando hayamos acabado y estemos guarreados, usar nuestras bocas para recoger cualquier milímetro de fluido que haya quedado sobre el cuerpo del otro para hacer otra ronda tras descansar. Mientras lo explicaba nos íbamos poniendo cada vez más y más cachondos y deseábamos cada vez más y más que llegara la tarde, momento en el que yo me podía escapar de la mala compañía de mis colegas y podía pasar a disposición novicial. Justo en esa misma tarde, a las pocas horas de hablar de nuestro nuevo jueguecito, tuvimos una discrepancia sobre un tema en el que no eramos capaces de ponernos de acuerdo ya que ella creía una cosa y yo otra sobre un mismo hecho, fue entonces cuando entró en nuestros juegos sexuales las apuestas. Propuse que, el que no llevara razón y se hubiese equivocado y haciendo ...
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