1. Nueva vida


    Fecha: 30/03/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La vida de Carlos había dado un giro radical, desprovisto de sus huevos ahora era sumiso de sus primas y tía quienes le hacian la vida imposible. Se había tirado toda la semana llorando por la pérdida de sus pelotas. Ahora su polla era ridícula, de apenas unos pocos centímetros y no tenía casi vello ya que se le fue cortado.
    
    Marta era quien más disfrutaba sin duda de esta nueva posición de poder. Aquel día que estaban ellos solos, Carlos estaba tumbado llorando, era horrible el día a día que vivía. La joven se deslizó y se puso encima suya, le agarro de la cabeza y mientras le susurraba que ahora ya era un eunuco...le metió un dildo por el culo haciendo que chillase. Era su venganza por aquella vez que fue penetrada duramente antes de que su hermana le electrocutase las pelotas.
    
    -¿Te gusta lo que hago?, es como tu hiciste, igual...¿sabes?, podrías haber disfrutado mucho follando con mis amigas o conmigo, pero no...-le dio otro empujón-tenías que ir de machito y penetrarnos. No te basto con el castigo de tenerla pequeña una semana...ahora la tendrás así por el resto de tu...miserable...vida-a cada palabra era un empujón más.
    
    Carlos lloraba mientras trataba de zafarse pero en aquella posición le resultaba imposible de defenderse.
    
    -¡AHORA...ERES...UN...PUTO...EUNUCO!-le dio el empujón final al mismo tiempo que apretó la base de su polla de plástico liberando un gran chorro que inundó la cavidad anal de este.
    
    Allí se quedo con el culo lleno mientras ella sudando ...
    ... y chorreando de su coño tras el enorme orgasmo al que había llegado, termino la mañana. Aquella tarde el chico se estaba dando una ducha, seguía echando de menos su virilidad, la miraba y una lagrima le recorría el rostro.
    
    -¡Sobrino!-su tía apareció.
    
    Entro al baño y se sentó a mear sin ningún tipo de verguenza. Como era transparente las puertas de la ducha, podía ver todo. Esbozó una sonrisa divertida.
    
    -Oh cariño, que no te de pena perder esas dos bolitas, será mucho más feliz sin ellas-Carlos lavaba su cuerpo sin decir nada y con el rostro desencajado.
    
    La mujer no dejaba de ver la cosa ridícula de su entrepierna.
    
    -Date la vuelta y quedate así-él obedeció sabiendo que si se negaba, tendría que mear sentado.
    
    Con la espalda apoyada en la pared, dejo a la vista de ella su colita.
    
    -Oh dios...te juro que no me arrepiento de haberte castrado...si...castrado...he castrado a un machito...cada vez que recuerdo como lo hice...-sus dedos entraban y salían de su coño mientras dejaba escapar gemidos.
    
    Lo hizo durante al menos unos minutos hasta finalmente expulsar tremendos chorros de placer a la vez que daba un gran grito de placer, el mejor orgasmo que habia tenido en su vida. Se quedo un rato jadeando, recuperando aire.
    
    -¿Qué ha pasado?-Tamara entro preocupada.
    
    -Nada...cariño, nada. Me he masturbado recordando como le corte las pelotas a tu primo-se subió las bragas y se marcho guiñando un ojo a su sobrino.
    
    Pero el peor día fue sin duda a la siguiente ...
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