Cerezas
Fecha: 02/04/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... estabamos todos cansados y sudados, Miguel propuso que cogiéramos los bañadores y nos diéramos un chapuzón en su piscina. Aceptamos encantados. Mientras nos cambiábamos en nuestro dormitorio, yo comenté que eran una pareja muy simpática y que me lo había pasado muy bien jugando al tenis. Luisa se rió al oírme y dijo:
A mí me parece un milagro lo que ha pasado.
¿Qué quieres decir, un milagro?
Que has conseguido pegarle a la bola con tu raqueta en muchas ocasiones.
¿Porqué es eso un milagro?
Por que yo si no estoy mirando a la bola no doy ni una y tú has estado todo el rato mirando las tetas de Luisa.
Yo me puse colorado y murmure algunas débiles excusas y negaciones. Luisa se río y le quito importancia:
No seas bobo, estoy seguro que le pasaría a cualquier hombre. La verdad es que tiene unos pechos y un trasero, espectaculares. ¡Podría ser la modelo para una estatua de la diosa de la fecundidad!
Sin mas comentarios fuimos al chalet de los Gonzalvo. Nos abrió Miguel ya en bañador, nos llevo a través del chalet, al patio donde estaba la piscina. Nos invito a sentarnos a la sombra y dijo que volvía en un momento. Volvió enseguida con unas cervezas y unos vasos. Al levantar la cabeza para tomar mi primer trago salió Luisa con unas bandejas. Me atraganté y ¡Por poco me ahogo allí mismo! ¡Qué tía! ¡Qué buenisima estaba! Llevaba unas sandalias blancas de tacón muy alto y un bañador de una sola pieza que revelaba mucho mas de lo que cubría. Las piernas y la ...
... recia muslada estaban realzadas por los altos tacones. El bañador subía hasta mas arriba de la cadera por los lados, de manera que solo un minúsculo triángulo cubría su pubis y otro, ridículamente pequeño comparado con aquellos suculentos cachetes, cubría su trasero. ¡Aquellos enormes, redondos, lisos, túrgidos y fenomenales cachetes al aire. ¡No solo al aire! Con cada paso que daba subían, bajaban, vibraban, y a grandes voces gritaban ¡Tocarme! ¡Comerme, comerme! Cuando conseguí arrancar mis ojos de aquellas glorias mi mirada fue, como el hierro va al imán, a sus magníficos pechos. ¡Y qué pechos! El bañador hacia una enorme uve en el medio y los tirantes a duras penas cubrían los pezones. Aquellos pechazos, casi completamente al aire, se bamboleaban a cada paso con un tembleque que mareaba. La verdad es que Luisa era demasiado. Para hacer las cosas aun mas difíciles empezó a servir platitos con aceitunas, patatas, almendras... y cada vez que ponía un platito en la mesa inclinaba el cuerpo exhibiendo aun mas aquellas ubres embelesadoras, aquellas fuentes de placer y sacaba de forma aun mas invitante, su respingón culo. Yo noté que estaba desarrollando una erección que seria muy obvia con el bañador que llevaba, así que diciendo que tenia mucho calor y estaba muy sudado me tire al agua. Afortunadamente el agua estaba fría y enseguida desapareció mi erección.
La tarde transcurrió de forma muy agradable charlando de cien mil cosas, bromeando y yo tratando de evitar que mi ...