Mi suegro me hace su puta
Fecha: 04/04/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: jessitransex, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Jessica y soy una mujer transexual pasiva, amante de las vergas grandes y gruesas, soy morena clara, mido 1,75, tengo buen culo y buenas tetas. Y esta es la historia de lo que me pasó con mi suegro. Pero antes trataré de ponerles en antecedentes.
A pesar de nacer hombre, desde que comencé a vivir sola a los 21 años, decidí convertirme en mujer, pues siempre lo sentí así. Bajo la supervisión de un médico y de mi psicóloga, empecé a tomar hormonas para ir cambiando mi aspecto, que ya de por sí era bastante afeminado. Mi cuerpo, mis formas... fueron cambiando.
Sexualmente, diré que me encantan los hombres viriles y activos que saben tratarme como a su putita. De esta forma conocí a Pedro, un chico de mi edad (27 años) con una verga que hacía mis delicias y con el que inicié una bonita relación. Éramos complementarios, pues él es totalmente activo, varonil, incluso algo dominante. A mi me gustaba comportarme algo sumisa para él y siempre estaba dispuesta para sus deseos. Yo le obedecía ciegamente cuando me ordenaba que se la mamara o que me pusiera a cuatro patas ("como una perrita", decía) para recibir su verga.
Me enamoré totalmente de Pedro, nos fuimos a vivir juntos y se convirtió en mi maridito. Yo cocinaba para él, le lavaba la ropa, y hacía todas las faenas del hogar. Cuando llegaba a casa quería que estuviese vestida muy sexy y provocativa, y yo recibía mi ración de verga a diario. Tras cuatro meses de vivir como marido y mujer, me preguntó por qué ...
... no me operaba los pechos, diciéndome que a él le gustan las tetas grandes. En cierto modo, eso era algo que yo deseaba. Había ahorrado un dinero y decidí dar ese paso irreversible.
No me arrepentí, pues a partir de la operación noté cómo Pedro se excitaba más conmigo y disfrutaba de mis pechos, incluyendo deliciosas "cubanitas" en mis tetas. Incluso yo me sentía más mujer aún y por la calle notaba que los hombres me miraban más con deseo. Pero yo estaba totalmente unida a mi Pedro, y cada vez me gustaba más lo que me hacía pues siendo yo totalmente pasiva, mi pequeña verga (a la cual yo llamo mi clítoris) jamás se me para y estando aguadita lograba hacerme terminar cuando me estaba culeando o cuando por atravesarme y hacerme explotar me lograba meter hasta 4 dedos en mi culo.
Pasó un año en el que habíamos vivido como una pareja normal y yo estaba feliz y enamorada. Un buen día Pedro me dijo que ya era hora de que yo conociese a su padre. Enrique (su padre) era viudo y Pedro era hijo único, por tanto sólo se tenían el uno al otro como familia. A mí me daba mucha vergüenza conocer a su padre, pero Pedro me comentó que no tenía por qué preocuparme. Le había contado que yo no era exactamente una mujer y, al principio, no se lo tomó bien. Pero que ahora parecía haberlo aceptado, al ver que pasaba el tiempo y la relación continuaba, además de que notaba que su hijo estaba feliz. Por otro lado Pedro me decía que estaba seguro que cuando su padre me viera tan femenina y tan ...