Mi suegro me hace su puta
Fecha: 04/04/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: jessitransex, Fuente: CuentoRelatos
... utilizarlo como mi clítoris. Pero el resto, tú mismo lo puedes valorar.
E: Bueno, la verdad es que tienes razón. Sólo quería decir que sé de tu condición. Y además comprendo por qué mi hijo se ha encaprichado contigo. Eres muy sexy y apetecible y con respecto a que si yo lo puedo valorar, tú dirás cómo.
J: Gracias, Enrique, lo consideraré un halago, pero mejor no haré caso a tu comentario.
E: Lo digo en serio, querida nuera (-por primera vez me llamaba así-). No te has dado cuenta que a veces no puedo evitar un calentón cuando te veo? Por ejemplo, ahora mismo. Mira cómo la tengo.
Enrique se puso la mano en su entrepierna marcando una enorme verga que se vislumbraba a través del pantalón. Lo cierto es que nunca me había fijado en que fuera cierto lo que me estaba diciendo. En ese momento me quedé sin habla, no sabía que decir y, lo que es peor, no podía apartar la mirada de su entrepierna.
Cuando por fin pude articular palabra, dije:
J: Enrique por favor, perdona si te he ofendido por mi modo de vestir y cuando te dije que tú mismo podías valorar, me referí a cómo me comporto yo con mi marido, no quise insinuar otra cosa.
E: No te disculpes, Jessica, no me ofendes. Sólo quiero que sepas que llevo años sin sexo y el verte tan agraciada, con esas piernas hermosas, tus grandes senos y tu modo de andar, me despierta mis instintos. La verdad, yo había pensado que tú podrías ayudarme.
J: Ayu... darte? No... entiendo -dije casi tartamudeando, adivinando sus ...
... intenciones, lo que hizo que, de pronto, corrientes eléctricas recorrieran todo mi cuerpo.
E: Si, cariño, claro que me entiendes. Jessica, te hablaré claro. Seguro que la mamas muy bien y a mi me ayudaría mucho a sentirme mejor por un tiempo, no sabes cómo me masturbo al oírte en las noches como mi hijo disfrutar de tu cuerpo y cómo le complaces tú en todo lo que te pide.
J: Pero Enrique, tú eres mi suegro, estoy enamorada de tu hijo. Eso no estaría bien. Seguro que estás bromeando. -En ese momento y al oír las palabras de Enrique, comencé a sudar helado y mi culito igualmente temblaba señal inequívoca de que estaba despertando y al igual que una mujer que moja su vagina, sentí que mi clítoris se humedecía de líquido preseminal.
E: No bromeo, querida -dijo mientras se sacaba la verga del pantalón y comenzaba a acariciársela-. Al fin y al cabo Pedro no tiene por qué enterarse de esto. A ti apenas te supone nada y yo lo consideraría como un enorme favor de mi querida nuera en agradecimiento a mi hospitalidad.
A esas alturas de la conversación yo, al igual que Enrique, estaba bastante caliente y lo peor era que no podía despegar la vista de esa hermosa verga que estaba a escasos centímetros de mi alcance y nerviosa le dije a mi suegro "Enrique, por favor, no sigas con eso... me estoy poniendo nerviosa".
Enrique se levantó, con la verga durísima y que ahora se veía todavía más grande, se acercó a mí, y comenzó a acariciarme el culito por debajo del vestido. Yo estaba ...