1. Indecencia al Alba


    Fecha: 08/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sospecho que no lleva bragas. Cuando se da la vuelta, no veo rastro ninguno de marcas de braguita ni arriba ni en los glúteos. Hoy su culo no me hipnotiza a mi, si no que trae al bar de cabeza. Quedan pocos minutos, el segundo cliente se irá en unos 3 minutos y luego vendrán 5 en los que estaremos solos. Se lo diré justo al marchar, no quiero ni que me conteste. Se lo digo y me voy. Tras maravillarme con su trasero varias veces, algunas captadas por su mirada atenta, el cliente se va y nos quedamos solos. Termino mi café, es el momento. Me pongo muy nervioso, el morbo recorre mi cuerpo. Lina está de espaldas intentando pillarme a través del espejo. Miro para su trasero y luego busco su mirada.
    
    - Lina –digo con un hilo de voz-
    
    - Si? –contesta dándose la vuelta rápidamente-
    
    - Acércate, tengo algo que decirte – mi corazón va a mil por hora-
    
    - Dime –me dice mientras se acerca y se apoya en la barra, cerca de mi-
    
    Me acerco a su oído y le susurro:
    
    - Quiero tu culo, el lunes, de 6:30 a 6:45, en la cocina. Vente preparada.
    
    Tras esas palabras, nervioso me levanto y me voy del bar, sin ni siquiera ver la cara que se le debió quedar.
    
    Durante el fin de semana, no dejo de pensar en lo que ha pasado y en lo atrevido que he sido. No pensé que fuese capaz de hacerlo, pero lo más difícil ya ha pasado. Mi fantasía solo depende de ella ahora. No he pasado por el bar en todo el fin de semana.
    
    Lunes 6:30. Entro en el bar. No hay nadie. Saludo con voz tenue. Estoy como ...
    ... unas castañuelas. No veo a Lina por ningún lado. Muevo una banqueta y me siento. Hago ruido, y veo como Lina asoma su cabeza por el ojo de buey de la puerta de la cocina. Después de una mirada cuanto menos seria, se gira. Está en la cocina, pienso, ¿eso quiere decir que ha aceptado mi proposición? Solo imaginar que sí me produce una erección terrible. No tengo mucho tiempo, voy a ir a la cocina, no puedo esperar a que salga a llamarme. Son ya y 32. En 13 minutos entrará un cliente. Avanzo nervioso hacia el final de la barra, colándome dentro y con la puerta de la cocina a escasos centímetros. No me atrevo ni a ver por el ojo de buey, solo me detengo, suspiro hondo y empujo la puerta.
    
    No me creo lo que veo. Lina está apoyada en una encimera con el culo hacia mi. No es una postura como la de días atrás, ya que tiene el pecho sobre la propia encimera, la espalda mucho mas arqueada y el culo levantado. Además, tiene las piernas separadas. Doy un paso al frente y la puerta de la cocina se cierra tras de mi. Veo el reloj, son y 35. Me acerco, sin perder tiempo. No me creo lo que está pasando. El morbo se apodera de mi y de un tirón bajo su leggin negro, dejándolo por las rodillas. No lleva bragas, por lo que sus bonitos y pálidos glúteos salen a la luz, maravillándome. Me desabrocho el pantalón nervioso, tengo una erección completa ya. La saco y me coloco rápidamente un preservativo extra-lubricado. Después de manosear sus nalgas unos segundos, separo sus lóbulos con una mano ...