1. El repartidor (Parte 1)


    Fecha: 18/04/2023, Categorías: Hetero Autor: Sevitxu, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Ángel, como repartidor, he visto y vivido muchas situaciones, desde señoras que me han recibido envueltas en una toalla de baño hasta tíos que han querido invitarme a tomar una copa.
    
    Pero lo que recuerdo con verdadera excitación es el día que conocí a Julia Romero. Una mujer de cuerpo espectacular, lo que yo llamo una real hembra.
    
    Fue el lunes 23 del mes de noviembre. Un día frio y gris.
    
    Llamé al timbre del telefonillo con un gesto cansado de tantas veces repetir, esperé respuesta.
    
    -Si?
    
    -Julia Romero, un paquete
    
    - Yo no he pedido ningún paquete.
    
    Ya empezamos, pensé, la última entrega de la mañana y se tiene que complicar.
    
    -Mire, el paquete va a su nombre, sino lo quiere lo devuelve.
    
    -Bueno, suba, pero si no me gusta se lo lleva.
    
    -Venga, vamos
    
    Joder, seguro que es una vieja, en cómo le hayan regalado un transistor me va a decir que le enseñe como funciona y que se lo ponga en marcha.
    
    Al llegar al piso, me abrió la puerta una pelirroja de cuarenta y pocos años.
    
    Que tía más buena, pensé. Recordando que antes había creído que me iba a dirigir a una vieja, le pregunté casi con cara de asombro, pero es usted Julia Romero. Y esbozando una leve sonrisa, me dijo que sí. Y extendió la mano para recoger el paquete.
    
    Pero me quedé embobado mirando sus ojos y sus labios. Pensaba esta tía está de puta madre. De repente escuché
    
    -Me da el paquete?
    
    -Sí, sí, aquí tiene
    
    -Espere que lo abra y según lo que sea se lo lleva, porque yo no ...
    ... pedí nada.
    
    -No hay problema, quiero que se lo abra.
    
    -Ábralo.
    
    Me entregó el paquete, y corté el precinto con mi navaja, separé las caras de cartón y quité el papel de embalaje y, ¡coño!! Que ven mis ojos, un consolador realístico de buen tamaño. Casi como mi polla.
    
    Ella lo estaba mirando con cara de asombro.
    
    -Se lo queda o lo devuelvo.
    
    -No, me lo quedo y si acaso ya lo tiraré yo. No quiero que vaya mi nombre unido a esto. Espere que voy a darle algo de propina por el rato que le he hecho perder.
    
    -Pase y cierre la puerta.
    
    Al alejarse, no pude evitar fijarme en su figura. La melena que le llegaba hasta casi la cintura, un culo espectacular, con lo que a mí me gustan así, grandes y esta Julia lo tiene precioso, además no lleva tanga, lo sé porque se le marcan las bragas. Es perfecta.
    
    Ahora cuando vuelva me fijaré en sus tetas. Notaba que me estaba empalmando rápidamente.
    
    Al momento regresó abriendo un monedero y mirando en su interior. Me quedé con la boca abierta al mirar sus pechos. Que ricos envueltos en su sujetador. Viendo el color de su piel, pensé, unas tetas blancas, con areola rosada, ohhh para apretar y jugar con sus pezones.
    
    La erección ya era aparente. Creo que ella se dio cuenta, porque dirigió la vista hacia el bulto cada vez más prominente y sonrió.
    
    Me dio la espalda y continuó buscando en su monedero.
    
    Pensé, que sea lo que dios quiera, si veo que no quiere nada le pediré disculpas y ya está, pero no aguanto más.
    
    Me acerqué ...
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