Entregada Belén
Fecha: 23/04/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Belén volvió al salón marcando el paso con tremendos tacones. Colgó el teléfono despidiéndose de su amiga y dio una última vuelta para que la contemplara antes de salir por la puerta. Estaba guapísima maquillada, su pelo estaba increíblemente largo alisado, casi le llegaba hasta el culo... y ¡dios que culo!
Salió de casa provocándome con su sonrisa y un beso al aire. Sabía que arrastrábamos muchos días sin sexo y me pondría un poquito celoso al pensar que se iba como una conejita libre. Aquella colombiana pequeñita me volvía loco... y a mis amigos también. Había sido una de las chicas más deseadas del grupo de amigos hasta que empezó a salir conmigo. Ellos la tenían, y me tenían a mí, como en un pedestal del sexo, a pesar de que no sabían la verdad.
La verdad era que no follábamos tanto como pensaban todos aunque no podía quejarme, y la verdad también es que era una chica un poco delicada con el tema del sexo. Era muy sexual y sensual pero poco sexo oral y lo justo para preliminares, nada de sexo anal, nada de posturas fuera de lo común y nada de sexo muy duro. Con todo esto yo disfrutaba mucho de aquella tremenda gatita colombiana pero siempre sentí que me faltaba un poco más de morbo y excitación cuando se convirtió en rutina.
Puesto que no la esperaba hasta el día siguiente y además tarde, en cuanto se fue me dispuse a cenar algo rápido y disfrutar de una sesión de porno. Una con escenas que no podía replicar con Belén: folladas de boca, penetraciones anales y ...
... corridas en la cara. Finalmente la tremenda paja que me hice me dejó totalmente dormido en el sofá.
El vibrar del móvil en la pequeña mesa de cristal me sacó abruptamente del sueño. Tenía dos llamadas perdidas de Belén y ¡diecisiete mensajes! Los mensajes rezaban "¿Puedes venir a por mí", "¿Estás papi?", "Ven a por mí", "Estoy sola papi" y así repetitivamente. Me encantaba cuando decía papi, sonó en mi cabeza y no dudé en llamarla, su voz sonaba embriagada. Me refresqué la cara y salí a buscarla a la ubicación que me envió.
Al llegar allí me encontré un local de moda que no conocía. Mucha gente fuera estaba bebiendo y fumando e inmediatamente identifiqué a Belén, al lado de la puerta, con una copa enorme y hablando con un tipo. En cuanto me vio dejó la copa y se abalanzó a mi cuello al grito de ¡Mi amoooooor! Me besó de una forma muy lasciva que me gustaba, pero fue corto, inmediatamente dio la vuelta.
-Es mi novio -habló buscando al tipo de antes que ya no estaba allí.
-¿Quién era ese? -pregunté mientras la invitaba a dejar la copa en un lugar más seguro que su mano.
-No sé quién era ese man -dijo rápidamente con cara de sorpresa-, yo no di papaya, y no paraba de hablar de mi culo, que mamera, pero ni modo... -empezó un monólogo nerviosa.
Su embriaguez la hacía no parar de hablar y mezclar palabras colombianas y me costaba seguir su discurso hasta que llegamos al coche. Allí pareció tranquila, segura, feliz y acurrucó su cabeza en mi brazo mientras conducía. ...